Virreinatos, capitanías generales y provincias
59.20%
Nueva Granada
Venezuela
60.12%
Perú
Chile
Gasto militar respecto al total de la Administración en América.
Equilibrio y planifi cación general en virreinatos y capitanías
generales “dependientes”.
(elaboración propia)
Rio
de la Plata
48.40%
Nueva España
Yucatán
Guatemala
54.00%
El sistema defensivo en la América
española
Abordar el proceso emancipador en América
implica un acercamiento a las estructuras de de-fensa
y a las autoridades y órganos competentes,
para comprender como en algo más de veinte
años aquellos territorios pasaron de su integra-ción
en España, a componer una multitud de re-públicas
independientes.
Los órganos instalados en Madrid con atribu-ciones
en materia de defensa fueron las secreta-rías
de Estado y de Despacho de Guerra y Marina
a principios del siglo diecinueve. Por otro lado, la
división administrativa en América: virreinatos, ca-pitanías
generales y provincias, coincidía básica-mente
con la militar territorial, en la que también
se encontraban las comandancias generales y
los estados mayores de plaza. Las autoridades a
la cabeza de todas ellas eran en su mayor parte
militares que ejercieron el gobierno político-mili-tar.
En el virreinato de Nueva España se integró la
capitanía general de Filipinas, estableciéndose
las comunicaciones entre Manila y Madrid por el
océano Pacífi co hasta Acapulco, por tierra hasta
Veracruz y a través del Atlántico hasta la Penín-sula.
Virreyes y capitanes generales fueron los res-ponsables
de la defensa y organización militar
en sus respectivos distritos y dirigían su ejecu-ción
mediante los gobernadores provinciales.
Aquellos, confeccionaban los planes de defensa
-desde 1763-, que eran integrados en la secreta-ría
de Guerra, en cuanto a viabilidad, recursos
humanos, materiales y fi nancieros, según princi-pios
como apoyo mutuo, economía y equilibrio
interterritorial. Las soluciones adoptadas para la
defensa de América y sus dependencias en Asia
fueron efi cientes durante prácticamente tres-cientos
años, si se tiene en cuenta la gran longi-tud
de costas, la enorme extensión territorial, el
despoblamiento generalizado, la distancia y la
necesidad de ingentes recursos.
La defensa interior no requirió un esfuerzo mili-tar
notable, una vez la población autóctona que-dó
integrada en el sistema social indiano. No se
esperaban grandes combates, aunque sí estalla-ron
algunas rebeliones, sometidas por las fuerzas
virreinales y población criolla. El sistema defensivo
se enfocó básicamente hacia el exterior, con el
objeto de impermeabilizar costas y fronteras te-rrestres
frente a la amenaza de otras potencias
europeas e indios hostiles. Las circunscripciones
con mayores recursos atendían a las defi citarias
mediante el situado, esto es, partidas dinerarias
con las que se sostenían guarniciones, fortifi ca-ciones
y navíos; a Filipinas se enviaba de las cajas
reales de Nueva España, conducido por el ga-león
de Manila, que mantenía también el comer-cio
de productos asiáticos con América y Espa-
62 Armas y Cuerpos Nº 143 ISSN 2445-0359