El fuego tiene un altísimo coste medioambien-tal,
se cobra vidas en más ocasiones de las de-seadas
y exige, además, un importante desem-bolso
económico tanto a particulares como a las
administraciones públicas afectadas, en todos
sus niveles (municipal, autonómico y central). Se
calcula que el coste medio que han tenido los
incendios en España en el último decenio ronda
los 355 millones de euros anuales.
En el año 2018 tuvieron lugar un total de 7.143
siniestros relacionados con el fuego (conatos e in-cendios),
arrasando una superfi cie de 29.901,47
hectáreas. Qué duda cabe de que los incendios
forestales azotan el territorio nacional de una for-ma
alarmante. El desarrollo de nuevos medios,
más efectivos y efi cientes, que faciliten las labores
de extinción, se ha convertido en una necesidad
de primer nivel para garantizar la pervivencia de
nuestros recursos naturales.
Medios de extinción
Actualmente, en las tareas de extinción de in-cendios,
se usan comúnmente los siguientes me-dios:
vehículos autobomba, cuadrillas batefue-gos
y aviones nodriza.
El agua es uno de los agentes básicos emplea-dos
en la lucha contra el fuego. Sin embargo, la
escasez localizada de este recurso, especialmen-te
en zonas forestales durante la época estival
(siendo ésta la estación en la que se acumulan el
mayor número de incendios), obliga a buscar me-dios
para poder transportarlo desde los puntos de
abastecimiento hasta la ubicación del incendio.
Los vehículos autobomba dan respuesta a esta
necesidad. Dotados de un chasis todo-terreno,
una cisterna con una capacidad de entre 3.000
y 6.000 litros de agua, y un sistema que permite
impulsar el agua almacenada hacia el objetivo
deseado, los vehículos autobomba suponen una
herramienta fundamental a la hora de sofocar un
incendio. No obstante, las capacidades de estos
vehículos no son ilimitadas. Si bien pueden acce-der
a zonas de difícil acceso y desplazarse por
terrenos abruptos, lo cierto es que no ofrecen la
misma maniobrabilidad en esa clase de terreno
que los vehículos dotados de cadenas. El volu-men
de la cisterna supone otra limitación, pues-to
que una vez se agota el agua almacenada,
es necesario desplazarse nuevamente hasta un
punto de abastecimiento para poder rellenar la
cuba. Este proceso puede costar un tiempo muy
valioso cuando el avance del fuego se está pro-duciendo
de forma agresiva.
Las cuadrillas de batefuegos están formadas
por personal dotado de herramientas constitui-das
por un astil rematado por una placa de goma
o varillas, llamadas batefuegos, cuyo objetivo es
golpear la base de las llamas para desplazar el
aire presente alrededor de las mismas, reducien-do
de esa manera el porcentaje de oxígeno y
rompiendo el balance del triángulo del fuego. El
principal inconveniente de este medio es el riesgo
que entraña para el personal, puesto que requie-re
de una proximidad total a las llamas. Además,
su efectividad se circunscribe a fuegos de escaso
desarrollo y virulencia.
Los aviones nodriza, también llamados aviones
cisterna, son aeronaves especialmente diseñadas
para la lucha contra el fuego, pues permiten su
abastecimiento, incluso en pleno vuelo, de hasta
Cañón equipado con un compresor de aire y montado sobre un vehículo terrestre que dispara proyectiles en cuyo interior se aloja una red
de plástico biodegradable que contiene cápsulas de agua con agentes retardantes
Abril - 2020 Armas y Cuerpos Nº 143 21