122 JOSÉ SEMPRÚN BULLÓN
gran número de tropas para atender a la guarnición de plazas, vías de comunicación
y demás puntos de interés militar, y para dar caza a las partidas
insurgentes.
En consecuencia se procede, mientras llegan refuerzos procedentes de
la Península, a levantar sucesivamente nuevas unidades. Durante los tres primeros
años de la contienda se crean, como fuerzas veteranas, el regimiento
Fijo de Veracruz, que sustituye al batallón preexistente; tres regimientos de
caballería –los dragones del Rey, los de Moncada y el de Fieles de Potosí– y
otros tantos batallones de infantería ligera; además se despliega en el virreinato,
donde permanecerá, la unidad que se había creado con la finalidad de
constituir la guarnición veterana de la reanexionada isla de Santo Domingo.
La adhesión de que goza la causa realista entre la poderosa aristocracia
local, claramente concienciada por los propósitos y hechos de la revolución
indigenista, supone a los mandos virreinales un importante apoyo
económico y social. Los llamamientos a la entrega de fondos obtienen en
general buena acogida; por otra parte los miembros de la clase superior emplean
la influencia de que gozan sobre otros sectores sociales o sus propios
dependientes para extender entre ellos el apoyo al bando realista, consiguiendo
en este sentido apreciables resultados.
Así el poderoso hacendado conde de la Cortina afirma, sin duda con
exageración, haber aportado a la causa del Rey –además de 1.700.000 pesos
al fondo de guerra– el apoyo de las 70.000 personas empleadas directa o
indirectamente en sus diez haciendas; lo mismo hacen, en otra medida, importantes
hacendados o propietarios de minas.
Pronto se llegará incluso a la organización de cuerpos para la lucha,
formados a la manera de una policía rural por los peones de numerosas haciendas
pertenecientes a dichos miembros de la aristocracia o alta burguesía
de origen peninsular o criollo, e incluso de unidades organizadas a la manera
de las virreinales. El conde de Casa Rul, gran hacendado y jefe militar
que caerá en combate en Cuautla en 1812, organiza a sus empleados en dos
batallones conocidos como «los Yedras», por el color de su uniforme; el ya
nombrado conde de la Cortina organiza a su costa ocho compañías que se
atribuirán la participación en cerca de doscientas acciones bélicas de diverso
tipo y causar medio millar de bajas al enemigo5.
Por otra parte, no se piense que el apoyo a la causa revolucionaria
es unánime en las clases inferiores de la sociedad virreinal, o los indígenas
menos asimilados. Evidentemente esta es sustancial y podemos fácilmente
5 C. Archer, The army in Bourbon Mexico. Albuquerque, 1977. También Doris Ladd, The
mexican nobility at Independence. Austin, 1976.
Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2021, pp. 122-148. ISSN: 0482-5748