EL EJÉRCITO ESPAÑOL EN LA EMANCIPACIÓN AMERICANA... 19
Las milicias, una suerte de ejército de reserva, solo fueron movilizadas
en contadas ocasiones, en caso de ataque exterior o revueltas internas
de indígenas o mestizos, en aumento a lo largo del siglo XVIII. Como el
ejército de dotación, las milicias eran también unidades sedentarias, por su
carácter defensivo; su despliegue se hizo esencialmente en plazas y posiciones
costeras importantes, mientras que en el interior hubo guarniciones
pequeñas: una compañía o el contingente de un presidio.
La participación española en la guerra de los Siete Años (1756-1763),
aliada de Francia y frente a Inglaterra va a constituir un punto de inflexión,
pues cuando los ingleses se apoderaron en 1762 de La Habana y Manila,
dos plazas fortificadas y bien guarnecidas, quedaron en evidencia las deficiencias
del sistema defensivo colonial y pusieron de relieve la necesidad
de una urgente reforma, para la que se precisaba dinero y ello entrañaba
el incremento de la carga fiscal, que produjo sublevaciones en el interior.
Una reforma que tampoco avanzó gran cosa, pues las exigencias bélicas del
último tercio del siglo y las dificultades de la Hacienda imposibilitaron la
mejora de la situación colonial y continuaron desarrollándose los procesos
ya iniciados en las fuerzas militares españolas en América7.
El camino hacia la formación de los ejércitos nacionales republicanos
–como hemos escrito en otro lugar8– se vio favorecido por una serie de
factores propiciados por la evolución del sistema militar español existente
en esos momentos. Por lo pronto, se basaba en efectivos escasos9, que se
redujeron aún más cuando parte de ellos se pasaron a los insurgentes, sin
que pudieran contrarrestarse con envíos desde la península porque España
estaba en guerra invadida por las tropas napoleónicas. Un sistema defensivo
pensado y planteado contra un enemigo exterior que ahora no resultaba operativo,
porque el enemigo estaba en el interior exigiendo una guerra ofensiva
a fin de sofocar los focos rebeldes y recuperar los territorios perdidos. Por
7 «Para algunos autores es indudable que el Ejército de América a fines del siglo XVIII
estaba en manos de criollos, como un estamento e intereses propios y eso determinó la
desaparición del Ejército virreinal colonial en el momento mismo del estallido de los
movimientos independientes, pues los militares se plegaron a la insurrección. Eso es
cierto para los casos de Buenos Aires o Caracas, pero no lo era en igual medida para el
Perú, Montevideo o Santiago de Chile, donde aunque la mayoría de las fuerzas militares
se hallaba en manos de criollos se mantuvieron en el fidelismo; pasándose a la causa de
la revolución e independencia, solo cuando el resultado final de la contienda era ya predecible
e inevitable». Luqui Lagleyze, Julio Mario: op. cit., pág. 42.
8 Martínez Ruiz, Enrique: «De soldados del Rey a soldados de la República. Consideraciones
militares sobre la independencia de América», en Franco Rubio, Gloria, González
Heras, Natalia y Lorenzo Álvarez, Elena de (coords.): España y el continente americano
en el siglo XVIII. Ediciones Trea, Gijón, 2017, págs. 141-177.
9 Una visión general del ejército realista, en Bullón de Mendoza, Alfonso y Semprún, Jorge:
El ejército realista en la independencia americana. Mapfre, Madrid, 1992.
Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2021, pp. 19-50. ISSN: 0482-5748