30 ENRIQUE MARTÍNEZ RUIZ
El caso de Juan Díaz Porlier es un caso de combatiente guerrillero que
llega a mariscal de campo. Cuando termina la guerra estaba en Madrid y le
fueron sorprendidas varias cartas en las que mostraba sus simpatías constitucionales,
por lo que fue condenado en julio de 1814 a cuatro años de suspensión
de empleo y confinamiento en el castillo coruñés de San Antón. En el
verano de 1815 fue autorizado a tomar baños en Arteijo, lo que le permitió una
libertad de movimientos que aprovechó para avanzar en su proyecto de sublevación,
que inicio al frente de la guarnición coruñesa el 19 de septiembre,
deteniendo a las autoridades y proclamando la Constitución de 1812, pero sus
órdenes y proclamas encaminadas a extender la sublevación –donde estaba
claro, además, el trasfondo social y económico de su intento– solo tuvieron
eco en la guarnición de El Ferrol y provocó en Galicia resistencias civiles
y militares. El mariscal Imaz, gobernador de Tuy, se puso al frente de una
columna que salió en busca de los pronunciados, pero antes de que tuviera
lugar el choque entre ambos bandos, se produjo un movimiento de rebeldía
en las filas de Porlier, al que hicieron prisionero junto con los oficiales que le
permanecían fieles cuando descasaban en una posada la noche del 22. Porlier
fue ejecutado en La Coruña cuatro días después. En cambio, el proceso de los
34 oficiales implicados fue muy lento. También se dictaron medidas contra 86
civiles, en su mayoría comerciantes, de los que algunos huyeron a Portugal.
En 1816 tuvo lugar una conspiración mal conocida, llamada del Triángulo
por su peculiar organización, ya que cada uno de los implicados solo
conocía a otros dos, enlazados en ternas en cadena. Las implicaciones masónicas
parecen claras, pero de los únicos conspiradores de los que hay certeza
son el comisario de guerra Richard y dos cabos de granaderos que formaban
con aquel uno de los triángulos. El objetivo era asesinar al monarca en casa
de Pepa la Malagueña, una hermosa mujer, a la que el rey visitaba con cierta
asiduidad. Los dos cabos denunciaron el plan y apresaron al comisario, que
fue ejecutado en la plaza de la Cebada con otro de los implicados29.
En 1817 se produce una nueva conspiración militar. En esta ocasión
encabezada por el general Lacy, con destino en Barcelona, cuya residencia
en Caldetas (Barcelona) parece que fue el centro de la trama, cuyas ideas
eran muy similares a las de Porlier. Hubo una denuncia que no fue tenida en
cuenta, por lo que el 4 de abril el teniente coronel Quer, uno de los implicados,
se dirigió con parte del regimiento de Tarragona a Caldetas, donde Lacy
tomó el mando para reunirse con Miláns del Bosch, gobernador de Gerona y
de acuerdo con Lacy desde el primer momento. Pero Miláns no había llevado
ninguna tropa y tampoco llegaron al punto de reunión otras implicadas;
cuando tuvieron noticias de que Castaños, capitán general de Cataluña, ya
29 Ramos Rodríguez, María del Pilar: La conspiración del triángulo. Universidad de Sevilla,
Sevilla, 1970.
Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2021, pp. 30-50. ISSN: 0482-5748