LAS RESISTENCIAS SIN ESPERANZA. EL CASO DE RODIL... 199
la retirada de más de setenta y seis leguas con setecientos hombres de todas
armas, atravesando el país sublevado y cortado por los más arriba nombrados,
llegando el día 12 a la ciudad de Concepción con 20 individuos que
resistieron sin descanso la falta de alimentos y sueño»13.
Le fueron encomendadas diversas misiones, tanto por Joaquín de la
Pezuela, como por su sucesor, el virrey José de la Serna. El 8 de noviembre
de 1821 fue nombrado segundo Ayudante general de Estado Mayor, pasando
al cuartel general de Huancayo a desempeñar su nuevo destino.
A mediados de 1823 ejerció de manera interina las funciones de jefe
del Estado Mayor General del ejército, con lo que obtenía el gobierno civil y
militar de la ciudad de Lima, en ese momento de nuevo bajo poder realista.
El 5 de febrero de 1824, siempre siguiendo la hoja de servicios del
oficial, auxilió «con el metálico que le fue posible dicha plaza el Callao
cuando se pronunció por la causa del Rey.»
Y así es como comenzó la aventura que le daría la fama y gloria mayor,
reconocida por las autoridades españolas al regresar a España. Ya no
salió del Callao hasta que se convenció de que las opciones de defenderlo
eran inexistentes.
«Ocupadas las dos Américas por los rebeldes, sin oposición alguna a
pesar de haber sido capitulado en Ayacucho por el General en jefe, Teniente
General D. José Canterac, se resolvió a defender la fortaleza del Callao que
comenzó en 12 de noviembre de este año. Defendiendo el Callao de Lima
contra las fuerzas terrestres y marítimas de ambas Américas. 1826: En 23 de
enero terminó la defensa por falta de hombres y víveres, salvando la guarnición
que pudo sobrevivir con la que regreso a la Madre Patria, desembarcando
en la Coruña el 21 de agosto con una larga travesía por el Cabo de
Hornos, por cuya heroica, bizarra y obstinada defensa obtuvo la cruz de San
Fernando de 4ª clase en juicio contradictorio con los almirantes extranjeros
y comodoros que se hallaron y presenciaron en el mar Pacífico el hecho de
armas mencionado». 14
Hasta aquí el relato oficial de la hoja de servicios de Jose Ramón
Rodil. Cuestionados sus métodos por muchos, sin embargo, el estado le reconoció
el mérito de haber mantenido hasta más allá de los límites exigidos,
la plaza del Callao leal al rey Fernando VII.
Las breves líneas recogidas en este documento oficial corresponden a
meses de lucha contra el enemigo y contra las enfermedades. También hubo
castigos para los considerados traidores dentro de las propias fortalezas del
13 Ibídem, fol 5v.
14 Ibídem, fol 7r
Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2021, pp. 199-216. ISSN: 0482-5748