EL EJÉRCITO ESPAÑOL EN LA EMANCIPACIÓN AMERICANA... 43
de los regimientos presentes en las maniobras. Entre los 15 detenidos en la
denominada traición del Palmar había destacados liberales, que fueron trasladados
a castillos y prisiones del entorno, pero el suceso no desarticuló la
conjura. La Bisbal y Sarsfield fueron apartados y premiados. El nuevo jefe
fue el conde de Calderón, que tendría como segundos a los mariscales de
campo Estanislao Sánchez Salvador y Francisco Ferraz.
Pasada la primera sorpresa, Alcalá Galiano49 se reunió en Cádiz el día
13 con unos amigos conspiradores como él para ver cómo continuar con la
conspiración. Tres días más tarde se reunían otros conspiradores, entre ellos
Álvarez Mendizábal que se ofreció a correr con los gastos que se originaran
con los preparativos. La nueva dirección pudo reconstruir con rapidez los
elementos de la conspiración, fijando el 24 de agosto para la sublevación,
pero una epidemia de fiebre amarilla impuso un aplazamiento.
Finalizada la epidemia, Alcalá Galiano fue comisionado para restablecer
los contactos con los diversos cuerpos implicados en la trama conspiratoria y
a tal efecto salió de Cádiz el 20 de noviembre en dirección a Alcalá de los Gazules,
donde uno de los regimientos custodiaba a varios de los jefes detenidos,
entre los que estaba Quiroga. La deserción de los soldados ya había empezado
y para evitar su continuidad un real decreto declaraba al ejército allí acantonado
en situación de campaña. Alcalá Galiano pudo alojarse en el mismo dormitorio
que Quiroga, quien se declaró dispuesto a asumir el mando de la conspiración,
algo que venía a resolver el problema de los conjurados que no contaban como
jefe con un general que aceptase dirigir la empresa conspiratoria. Alcalá Galiano
continuó su viaje y fue proponiendo la jefatura de Quiroga en aquellas
unidades que estaban implicadas en la trama, siendo aceptado.
Mientras, con el mismo fin Mendizábal recorría otros acantonamientos,
entre ellos el de Cabezas de San Juan, mandado por Riego, donde acabaron
reuniéndose ellos dos y Alcalá Galiano la noche del 27 al 28 de diciembre,
quedando fijado el plan definitivo, que había elaborado el militar: en Arcos se
detendría a Calderón y a su cuartel general; se liberaría a Quiroga y se ocuparía
el puente de Zuazo, clave para hacerse con la isla de León; las tropas
de artillería, que estaban en Osuna con las unidades próximas se dirigirían
sobre Cádiz, donde se esperaba que estallara una revuelta promovida por los
conjurados de la ciudad. Sin embargo, el movimiento que estaba trazado con
objetivos militares muy precisos, carecía de un programa político concreto,
pues el tema ni se abordó en las diferentes reuniones de los dirigentes de la
conspiración ni se había definido en los manifiestos que se leían a las tropas.
49 Sobre el personaje, por ejemplo, Sánchez García, Raquel: Alcalá Galiano y el liberalismo
español, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2005.
Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2021, pp. 43-50. ISSN: 0482-5748