178 JOSÉ SEMPRÚN BULLÓN
Poco después asume el mando de la creciente flota insurgente lord
Cochrane34, marino inglés expulsado de la Armada –y del Parlamento– de
su país por su implicación en negocios fraudulentos. Enseguida inicia una
activa campaña realizando incursiones ante El Callao y otros puntos del
litoral35.
Otra dificultad para el bando realista es la aparición en esta etapa
–a diferencia de la anterior– de alguna actividad guerrillera de carácter o
pretexto independentista, todavía de no excesiva importancia, en diversas
zonas del virreinato. Incluso se detecta un proyecto de secuestro de Pezuela.
Dada la situación a que se enfrenta, el virrey acude al expediente de
adquirir directamente cargamentos de armas, municiones, pólvora en los
Estados Unidos, normalmente en lo que denomina «precio cómodo» y pagándolo
en parte con permisos para comerciar en diversos puertos del virreinato.
En cualquier caso, y durante unos meses, los planes estratégicos de
San Martin se van a ver coartados por la amenaza que representa la «Expedición
Pacificadora» que con proclamado destino a Buenos Aires, se prepara
en Cádiz al mando del conde de La Bisbal –posteriormente del general Calleja,
años antes virrey de Méjico–36.
Por ello, los éxitos o fracasos locales de ambos bandos van a tener
una importancia menor, al lado de lo que va a representar el triunfo en la
metrópoli de la revolución de Riego.
Ello se traduce en la finalización de la situación estratégica mencionada,
al desaparecer uno de sus elementos principales, la inminencia de la
expedición española. El caudillo bonaerense puede ahora concretar su tanto
tiempo acariciado proyecto, la «Libertadora» con destino al Perú.
Que efectivamente parte en septiembre de 1820, a bordo de catorce
transportes y escoltada por el navío San Martín, dos fragatas y cinco unidades
menores; tras una travesía sin mayores incidentes desembarca junto a
Pisco, al sur de Lima. Plaza que Cochrane continúa bloqueando intermitentemente;
si bien poco después pierde por accidente el San Martín.
34 Thomas Cochrane, conde de Dundonald 1775-1860. Marino, se comporta con distinción,
entre otras campañas navales, en la contienda en la Península. Tras abandonar
la Navy marcha a América. Por discrepancias con los jefes independentistas –que le
acusan de actuar preferentemente en su propio provecho– deja su servicio y pasa al de
los rebeldes del Brasil contra Portugal. Más tarde ejercerá un mando de la escuadra de
los rebeldes de Grecia.
35 Una versión romántica de las campañas de este jefe naval en R. COX BALMACEDA,
La gesta de Cochrane, Buenos Aires 1976.
36 En estos momentos la flota rebelde está formada por el navío San Martín, las fragatas
Lautaro y O’Higgins (ex María Isabel), cuatro bergantines (pronto cinco, con el Potrillo,
capturado al enemigo) y una corbeta, la Chacabuco.
Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2021, pp. 178-184. ISSN: 0482-5748