70 EMILIO DE DIEGO GARCÍA
to, tras las independencias hispanoamericanas, en 1824, y las disposiciones
del Congreso de Panamá, en 1826, las potencias europeas, principalmente,
Francia y el Reino Unido, además de España que se negó a reconocer la
situación y aún mantuvo su presencia en el Caribe, intentaron conseguir la
mayor influencia posible en el Nuevo Mundo y. de manera prioritaria, en
México. En esas condiciones resultaría muy difícil construir un estado eficaz
sobre un territorio de cuatro millones de km² y una población que apenas
rondaba los seis millones de habitantes.
En resumen, las divisiones intestinas y las presiones exteriores complicaron
enormemente la historia mexicana, durante la etapa que aquí contemplamos,
que va de la independencia a la revolución de Juárez. En esa
época (1821-1862), México tuvo 1 emperador y 32 presidentes de la República
y padeció varias invasiones; a las que nos referiremos seguidamente,
como la de 1829 por tropas españolas; la de 1838-39 por fuerzas de Francia;
y la de 1862 por un cuerpo expedicionario hispano-franco-británico.
Además sufrió la guerra de Texas en 1836 y la mantenida contra Estados
Unidos desde 1846, que llevó a las tropas norteamericanas a Ciudad de México
al año siguiente. Por si fuera poco menudearon los conflictos cainitas y
solo en la década de 1850 se produjeron dos guerras civiles de gran envergadura:
la Revolución de Ayutla (1854-55) y la de la Reforma (1857-60).
Un país, en el que parecía fácil tomar posiciones de ventaja, a la vista de
sus graves problemas internos. Así había sido, salvo excepciones, durante
cuatro décadas. No obstante, la realidad demostraría otra cosa entre 1862
y 1867.
Atasco económico y frustración política
El bienio 1826-1827 resultaría decisivo en la historia mexicana. Un
periodo que empezó marcado por la esperanza y acabó con la frustración
y la quiebra financiera del país. En la primera de esas fechas se celebró el
denominado congreso anfictionico de Panamá, cuyas sesiones discurrieron
entre el 22 de junio y el 15 de julio. Asistieron representantes de Colombia,
Guatemala y México, pero también de Inglaterra y Holanda. No hubo delegación
brasileña, ni chilena; y Argentina, a la hora de la verdad, eludió el
congreso. Estados Unidos envío dos delegados: uno murió en Cartagena de
Indias, antes de llegar a Panamá; y el otro, apareció cuando habían terminado
las reuniones. El «Paniberismo Bolivariano», predicado en el manifiesto
de Cartagena (1812), en la Carta de Jamaica (1815) y en el Congreso de
Angostura (1819) se diluyó rápidamente.
Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2021, pp. 70-82. ISSN: 0482-5748