92 MIGUEL DE ROJAS MULET
ya mencionada variante operacional de «acción por líneas interiores», hasta
que los rebeldes decidieron cambiar de estrategia y llevar a cabo una guerra
de guerrillas10.
En el plano táctico, ello les permitió obtener varios éxitos, dado su
mayor conocimiento del terreno agreste y la posibilidad de ejecutar emboscadas.
La reacción realista, sin embargo, fue pronta y eficaz, consiguiendo
desarrollar una efectiva campaña contrainsurgente.
Las comunicaciones fueron importantes en toda la contienda y así,
por ejemplo, durante 11 años de conflicto los independentistas intentaron sin
éxito controlar la ruta principal entre Veracruz y Ciudad de México, itinerario
que siglos atrás había seguido en buena parte la primera expedición de
Hernán Cortés cuando se dirigió desde la costa hacia la entonces Tenochtitlán,
capital del Imperio Azteca.
Un episodio peculiar de la lucha tuvo lugar cerca de Guadalajara, en
el Lago de Chapala, 400 km al oeste de Ciudad de México. Allí, un levantamiento
indígena en 1812 llevó a un grupo de insurgentes a refugiarse en
la isla de Mezcala, en el lago, defendiéndose sobre la misma hasta 1816, en
que capitularon ante las fuerzas del Virrey. En 1815, otro sacerdote subversivo,
José María Morelos, que se había levantado en armas contra la Corona
ya en 1810, y había formado igualmente un ejército indígena, fue capturado,
degradado de su condición de sacerdote y ajusticiado.
A partir de 1816, los insurrectos se vieron abocados a refugiarse en
las montañas y áreas de difícil acceso, mientras las fuerzas leales a la Corona
buscaban enfrentarlos fuera de las mismas, en terrenos más propicios
para el empleo de su artillería y caballería. En 1819 se vio una mejora del
movimiento rebelde, en especial en las zonas alejadas de las grandes ciudades
y distritos mineros, concentrándose en zonas agrestes, donde los jefes
realistas «…sabían bien que uno de los retos a vencer…además del movedizo
enemigo, serían las condiciones topográficas y climáticas que obstaculizaban
el flujo de abastecimiento de las tropas en campaña…»11
Ya en 1819, los ejércitos de los Virreyes Calleja y Apodaca consiguen
arrinconar a las fuerzas subversivas en zonas agrestes, pero en 1820, ambos
bandos se encontraban al límite de su capacidad, cuando surgieron en las
filas realistas varias figuras, entre las que destacaba Agustín de Itúrbide,
favorables a una solución negociada. Este último terminó proclamando en
1821 el Plan de Iguala, que disolvió el régimen virreinal, abocándose definitivamente
a la independencia mexicana en 1824.
10 Nota: Curiosamente, por aquel entonces en la península Ibérica, los españoles utilizaban
las mismas tácticas de guerrilla contra el invasor napoleónico.
11 Amézcua, Jarco. Entrevista a Christon Archer: El ejército realista y la guerra de la Independencia
de México. Morelia, México, 24 al 26 de mayo de 2010, p. 172.
Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2021, pp. 92-112. ISSN: 0482-5748