![](./pubData/source/images/pages/page15.jpg)
NEA Scout se compone de un pequeño CubeSat del tamaño de una caja de zapatos (arriba
a la izquierda) y una vela solar delgada y recubierta de aluminio del tamaño de una cancha
de ráquetbol (abajo a la izquierda). Después de que la nave espacial se lance a bordo de
Artemisa I, la vela utilizará la luz solar para impulsar el CubeSat a un pequeño asteroide como
se muestra en una ilustración, a la derecha. (Imagen: NASA)
revista de aeronáutica y astronáutica / marzo 2022
espacio 157
la propulsión, lo que la convierte en
la primera misión de la agencia de
este tipo.
El objetivo es 2020 GE, un asteroide
cercano a la Tierra (NEA) que tiene
menos de 18 metros de tamaño.
Los asteroides de menos de 100 metros
de ancho nunca antes se habían
explorado de cerca. La nave espacial
utilizará su cámara científica para
observar más de cerca, midiendo
el tamaño, la forma, la rotación y las
propiedades de la superficie del objeto
mientras busca polvo y escombros
que puedan rodear a 2020 GE.
Debido a que la cámara tiene una
resolución de menos de cuatro pulgadas
(10 centímetros) por píxel, el
equipo científico de la misión podrá
determinar si 2020 GE es sólido,
como una roca, o si está compuesto
de rocas más pequeñas y polvo
agrupado como algunos de sus primos
asteroides más grandes, como
el asteroide Bennu.
(Fuente NASA)
ROVER ROSALIND FRANKLIN
La primera simulación en la que
el rover Rosalind Franklin desciende
de la plataforma de aterrizaje
ha sido el colofón de un año emocionante
de preparativos. La misión
ExoMars pisa fuerte para un lanzamiento
en septiembre de 2022.
El rover Rosalind Franklin de la
ESA comienza el año con meses de
mantenimiento y pruebas completadas
con éxito a sus espaldas. Todos
sus componentes están listos
para el despegue, a falta de unos
pequeños ajustes finales previstos
para este mes.
«El rover está preparado y, tras
superar las pruebas de despliegue
de los paracaídas, estamos convencidos
de que se cumplirán los
plazos para la fecha de lanzamiento
en septiembre», comenta Pietro
Baglioni, líder del equipo del rover
ExoMars de la ESA.
La mecánica celeste sólo admite
ventanas de lanzamiento relativamente
breves, de diez días cada dos
años, para que una nave espacial
llegue a Marte desde la Tierra en el
menor tiempo posible: unos nueve
meses.
Rosalind se encuentra actualmente
en una sala sometida a estrictas
condiciones higiénicas en las instalaciones
de Thales Alenia Space
en Turín, Italia, justo al lado de su
compañera de viaje, la plataforma
de aterrizaje Kazachok. Después de
pasar un examen final en abril, todos
los componentes de la nave espacial
—rover, módulo de descenso,
plataforma de aterrizaje y etapa de
crucero— llegarán al lugar de lanzamiento
en Baikonur, Kazajistán, para
el despegue.
«Justo antes de ese último viaje
en la Tierra, instalaremos la versión
final del software para que el rover
pueda explorar Marte de forma independiente
», explica Pietro. Después
del fascinante descenso hasta
la superficie de Marte, uno de los
momentos más esperados de la misión
ExoMars se hará realidad cuando
Rosalind abandone la plataforma
de aterrizaje y circule por primera
vez por suelo marciano.
(Fuente ESA)