La OTAN
de Madrid Alberto José Lens Blanco
Los días 29 y 30 de junio España acogerá la Cumbre de la OTAN,
cumbre que se presume histórica porque dará a conocer un nuevo Concepto Estratégico
que deberá reflejar la realidad de una Alianza más fuerte,
más resiliente y con una perspectiva más global.
UN MUNDO INCIERTO
E INESTABLE
Casi 12 años después de la promulgación
del último Concepto Estratégico,
los aliados se enfrentan a
un entorno estratégico muy diferente
y, posiblemente, más complejo. La
pandemia de la COVID-19 puede ser
considerada el evento más desestabilizador
desde la Segunda Guerra
Mundial. Dos gigantes alejados de
los estándares políticos occidentales,
Rusia y China, parecen haber despertado
con fuerza y plantean nuevos
desafíos para los aliados. Además,
durante esta última década han resurgido
amenazas vinculadas a una
presencia más acusada de actores
no estatales en el escenario internacional.
El terrorismo, con la aparición
en la escena pública del Daesh, el crimen
organizado, la migración irregular
masiva, los ataques cibernéticos,
las campañas de desinformación, la
creciente competición en la explotación
del espacio ultraterrestre o
los efectos del cambio climático han
contribuido a aumentar drásticamente
la inestabilidad en todo el mundo,
también y muy especialmente en la
periferia sur de la Alianza.
Buena parte de la complejidad del
escenario actual se deriva de la coexistencia
de retos de naturaleza completamente
diferente y que, por tanto,
exigen también aproximaciones totalmente
distintas. Por un lado, la creciente
pujanza de Rusia y China invita a
reforzar las capacidades encaminadas
a garantizar la defensa colectiva frente
a poderes rivales potencialmente
hostiles, algo que para muchos, especialmente
los aliados del este, sigue
siendo la core task más importante de
la Alianza, sino la única.
Por otro lado, muchos de los elementos
de inestabilidad antes mencionados,
como el terrorismo, la
migración irregular, los efectos del
cambio climático, los ciberataques y
las pandemias trascienden las fronteras
nacionales, frecuentemente suponen
una amenaza directa para las
personas, su bienestar y, por lo tanto,
desafían los enfoques de seguridad
tradicionales centrados en el enfrentamiento
entre estados. Consecuentemente,
se hace necesario ampliar
el alcance del enfoque clásico de la
seguridad para incluir esta dimensión
humana y prestar más atención
a la seguridad de las personas.
Parece existir un gran consenso en
que esta evolución de la situación
geopolítica durante la última década
viene a confirmar la plena vigencia
de las tres core task (defensa colectiva,
gestión de crisis y seguridad cooperativa)
tal y como fueron definidas
en Lisboa 2010, aunque serán necesarios
algunos ajustes. Sin embargo,
en los últimos años, y muy especialmente
Teniente coronel
del Ejército del Aire
a raíz de
la crisis generada
por la
COVID-19,
los aliados se
han concienciado
de la necesidad de
reforzar la resiliencia de los
estados como condición necesaria
para que estas core task puedan llevarse
a cabo con eficacia.
Precisamente, con este breve artículo
se quiere reflexionar sobre la
importancia de la resiliencia como
condición imprescindible para que
la OTAN pueda proporcionar una
disuasión y defensa creíble y eficaz.
Además, quizá sea en este terreno
en donde más puede aportar nues-
revista de aeronáutica y astronáutica / marzo 2022
212 la OTAN de Madrid