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estrategia de seguridad nacional 2021 opinión 165
En el dominio aéreo, la ESN21 recalca la alta
importancia estratégica del sector aeronáutico,
ya que cualquier disrupción que afecte a las aeronaves,
los aeropuertos o las instalaciones en
tierra, en especial un ataque terrorista, tendría
un impacto de magnitud y trascendencia económica
considerables.
Esto ya quedaba patente en las estrategias
anteriores y de forma mucho más clarificadora
en la Estrategia de Seguridad Aeroespacial
Nacional de 2019 (ESAN19), donde se muestran
las cifras del transporte aéreo prepandemia
que, en un crecimiento continuo, abarcaban un
volumen de 266 millones de pasajeros al año.
Una contribución directa del sector aeronáutico
español que genera más de 100 000 empleos
directos de alto valor y supone un 2,5 % del PIB
nacional.
También, como no podía ser de otra forma
tras la pandemia COVID-19, la ESN21 muestra
como la alta conectividad aérea entre países y
continentes es, asimismo, una de las causas de
la rápida propagación de enfermedades infecciosas
a nivel internacional.
Asimismo, resalta una de las tendencias preocupantes,
la proliferación del uso ilícito de
vehículos aéreos no tripulados, que pueden paralizar
el uso de aeropuertos o infraestructuras
críticas, y son además potenciales armas para
sabotajes o acciones terroristas.
Esta amenaza, aunque no es novedosa y queda
plenamente contemplada en la ESAN19, si
requiere especial atención por el exponencial
crecimiento de los vehículos tripulados remotamente,
comúnmente conocidos por drones.
Tal es así, que ya desde hace un año, el Consejo
Nacional de Seguridad Aeroespacial ordenó la
confección de un grupo de trabajo (GT) interministerial
para analizar la profundidad de la
revista de aeronáutica y astronáutica / marzo 2022
amenaza y las posibles acciones para mitigarla o
minorarla. Este GT, presidido por el Ejército del
Aire, está realizando un profundo estudio que
permitirá realizar respuestas integrales y coordinadas
interministerialmente.
En relación al dominio ultraterrestre, la ESN21
recalca, al igual que su antecesora, cómo el espacio
ultraterrestre está considerado como la última
frontera de confrontación geopolítica.
La ESN21 describe el espacio ultraterrestre
como un espacio común global que se ha convertido
en un dominio de explotación comercial
intensiva, con la proliferación de constelaciones
de satélites y lanzadores comerciales. Un espacio
común global no susceptible de apropiación, en
el que debe posibilitarse el libre acceso y operación
por parte de todos.
Sin embargo, continúa significando cómo algunos
operadores, no radicados en la Unión Europea,
están en el camino de alcanzar una posición
de dominancia tal de los mercados que podría
poner en riesgo tanto el acceso al espacio (lanzamientos)
como a determinados servicios espaciales.
Esta es una clara referencia al descontrolado
uso del espacio que ciertas potencias están llevando
a cabo mediante acciones individuales que
ponen en peligro el uso del espacio por el resto
de naciones y particulares.
Ejemplos recientes de esta situación se pueden
encontrar, por un lado, en la descontrolada reentrada
del cohete chino Long March 5B el 9 de mayo
de 2021, que puso en peligro no solo los medios
espaciales existentes sino incluso la propia
seguridad de ciudades del mundo donde existían
posibilidades de impacto de residuos, entre ellas
Madrid, y que finalmente impactó en el océano
Índico. Por otro lado, la destrucción provocada
del satélite ruso Kosmos 1408, puso en riesgo numerosos
sistemas espaciales, como fue la propia