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el vigía
revista de aeronáutica y astronáutica / marzo 2022
238 memoria histórica del EA
Barsen el As
Todavía el mes pasado, nos
referíamos a Barsen García-
López, considerándolo como uno
de nuestros grandes aviadores. La
extensión del texto y el poco espacio
disponible, motivaron el
que no cupieran el curso que llevó
a cabo en la lejana Indonesia y
la envidiable actividad de sus últimos
años.
Seleccionado por el CESEDEN
para participar en un curso de
Estado Mayor en la China nacionalista
en 1964, junto a sendos
representantes de la Armada
y Ejército de Tierra, partió para
Taiwan, más concretamente,
a Taipei, su capital. Consciente
que para su mujer, Ivonne, y sus
dos hijos (llamados igual que sus
padres) iba a ser una experiencia
inolvidable, ni corto ni perezoso
vendió su Renault 4x4 y les
sacó los correspondientes pasajes.
Profesionalmente, para él, la
participación en un foro internacional
fue muy enriquecedora. El
matrimonio conoció al presidente
Chiang Kai-Shek y a su esposa,
y los chicos, únicos europeos
en la zona, disfrutaron hasta en
el colegio, donde hicieron amistades
que aún perduran y no digamos
con los Rickshaw, que los
había con tracción humana, a pie
o pedales.
Lamentablemente el día de
Navidad, por un cortocircuito se
les quemó la casa que tenían alquilada.
Todos pudieron abandonarla
a tiempo y la reacción
de vecinos y amigos con «los
españoles», fue una extraordinaria
demostración de solidaridad.
Cuando, por edad, hubo de
pasar a la reserva, ya que no el
vuelo, el mar le hizo disfrutar a
tope, en la barquita barbateña
que le regaló su consuegro. Salía
mucho a pescar, con su amigo el
general García Matres, o con verdaderos
lobos de mar del barrio
de la Viña, junto a la playa de la
Caleta. Tales eran las capturas,
que Ivonne llegó a protestar por
tener que limpiar tanto pescado:
al final, acabó regalando la embarcación
al citado aviador.
Ya mayor. lo pasaba en grande
bañándose en el mar, últimamente
asistido por un bañista, que lo
metía en el agua con una butaca
flotante.
Su nieto Pedro –hijo de Ivonne
y Pedro Sancho–, comandante
de Air Europa, tenía para su
asueto, junto a un puñado de
compañeros, un flamante Yak 52
soviético. Un día, preguntando al
abuelo acerca de las características
y prestaciones le propuso .
—Vente conmigo y así lo conoces.
Sé que vas disfrutar.
A su edad, a Barsen debió de
parecerle una «barbaridad» aquella
propuesta y todo el camino a
Casarrubios, machaconamente se
empeñó en decir:
—No vamos a volar; además.
no llevo ni mono de vuelo ni gafas,
ni guantes.
Pedro, insistía en que no los necesitaba,
puesto que el Yak tenía
cabina cerrada. Llegado al avión,
cuando su hija Ivonne, su yerno
y nieto, acercando una escalerilla
de mantenimiento al plano consiguieron
instalarle en la cabina,
la cosa cambió: se veía de nuevo
aviador. Pero como quiera que, de
primeras, el motor no arrancaba,
Barsen reanudó su cantinela:
—Lo ves como tenía razón. No
vamos a volar…
No arrancaba porque no abría
la válvula de puesta en marcha
(ese avión lo tiene todo neumático)
pero sabiendo el piloto la
forma manual de abrirla, se puso
en marcha y despegaron. Ya en
vuelo, Pedro preguntó a su abuelo
si quería llevarlo, y un segundo
después notaba que mandaba
con la palanca. A poco, Barsen
Cronología de la
Aviación Militar
española
«Canario» Azaola
Miembro del IHCA
Hace 80 años
Suelta de pilotos
Madrid 10 marzo 1942
Son sesenta muchachos, recios
y audaces que han
traído el nervio, el empuje, la
pasión que adquirieron al batirse
en los cuatro puntos cardinales
de España. Aprovechado
esto por un magnífico profesorado,
da un rendimiento
excelente.
Tal es el encabezamiento del
reportaje que a doble página
publica hoy la revista Semana.
Su autor José Mª Aznar, describe
muy acertadamente tan
gozoso trance, puesto que él en
su día lo vivió. Respecto a su
prosa puede decirse aquello de
«De casta le viene al galgo….»
ya que es hijo del embajador
y periodista Manuel Aznar y
Zubigaray.
En la fotografía, una Bücker
de la escuela es repostada.
Nota de El Vigía: Lamen
tablemente Jose María, teniente
profesor en la AGA, falleció
en 1946 al estrellarse la
Bücker, dando doble mando
a un alumno que sobrevivió.
En el lugar del suceso su familia
erigió un monumento recordatorio
con su efigie (RAA
11/2016 (1001) .