el arma de caza de la fuerza aeroespacial rusa (I) 169
Tras el fin de la Guerra Fría y el cese de hostilidades entre los dos grandes bloques que la
protagonizaron, los conflictos armados que han ido sucediéndose hasta la actualidad han estado
protagonizados por un escenario asimétrico caracterizado por una hegemonía estadounidense. Sin
embargo, en estas primeras décadas del siglo XXI se han revelado, al menos, dos hechos fundamentales
que pueden producir un cambio en la balanza de poder: el cada vez mayor peso de la República Popular
China en el panorama internacional y su consolidación como superpotencia, junto con la paulatina
recuperación económica rusa, cuya industria bélica ha sido el principal proveedor de países, fuerzas
políticas y organizaciones contrarias a la corriente representada por el bloque de la OTAN.
Radar 92N6A del sistema S400. (Imagen: Vitaly V.Kuzmin)
Durante el 2020, el presupuesto en
defensa de las tres grandes superpotencias
fue cifrado por el Stockholm
International Peace Reseach Institute
(SIPRI) en 778.232 millones de dólares
en el caso de Estados Unidos, 252 304
millones de dólares estadounidenses
en el caso de China y de 61 713 por
parte de Rusia. A la hora de realizar
una valoración real del gasto en defensa,
es necesario tener en cuenta
ciertas consideraciones básicas:
• En términos de tanto por ciento
de su Producto Interior Bruto (PIB), el
destinado a los presupuestos de defensa
fueron del 3.7 % en el caso estadounidense,
revista de aeronáutica y astronáutica / marzo 2022
del 1.7 % en el chino y del
4.3 % en el ruso.
• Estas cifras adquieren una mayor
relevancia cuando son comparadas
con ejercicios previos, de los que se
concluye una disminución del gasto en
defensa del 11 % en el caso estadounidense
entre el 2010 y el 2020 y un incremento
del prácticamente 90 % en el
caso de la República Popular China.
• Los activos rusos y chinos tienen un
coste de adquisición, mantenimiento
y en el caso del personal militar, pago
de salarios, menor que los estadounidenses
o europeos, añadiendo la obligatoriedad
(conscripción) del servicio
militar en ambas naciones. De esta forma,
y considerando un todo y en términos
generales, el poder de compra
o adquisición se ha incrementado.
• Considerando los tres puntos anteriores,
para hacerse una idea del
potencial poder adquisitivo, se acude
al término PPP (Purchasing Power
Parity), paridad del poder adquisitivo,
definido por el Banco Mundial como