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Internet y nuevas
tecnologías Ángel Gómez de Ágreda
Coronel del Ejército del Aire
Doctor en Ingeniería
de Organización (UPM)
angel@angelgomezdeagreda.es
revista de aeronáutica y astronáutica / marzo 2022
236 internet y nuevas tecnologías
«Ojalá vivas tiempos interesantes»,
reza una maldición china. Últimamente,
cabe muy poca duda de que
los tiempos son de lo más interesantes.
Desde la comunidad de vecinos
hasta la aldea global andan
revolucionadas y en permanente
tensión. Casi siempre,
en esa «zona gris» del
conflicto en la que se aplica
esa operativa tan asiática
de «la muerte por los mil
cortes». Ataques insidiosos
que incomodan, distraen y
debilitan, pero de los que
ninguno es tan grave como
para que alguien decida
romper la baraja.
Hasta el momento. El juego
de las tonalidades de
gris deja de serlo cuando
uno de los contendientes empieza
a verlo todo negro, y el margen de
error se reduce bastante cuando
casi cualquiera puede entrar en la
partida.
Que, este último año, el Mando
Conjunto del Ciberespacio haya
podido contener miles de ataques
diarios contra los sistemas de Defensa
y hasta 600 de naturaleza potencialmente
crítica, multiplica por esas
cifras el número de potenciales errores
de cálculo. Su labor está en la primerísima
línea de fuego cada minuto
de cada día, tanto en España como
en cualquiera de los sistemas de Defensa
en cualquier lugar del globo1.
Las guerras híbridas de hoy se libran
en muy buena parte, por ahora,
en el ciberespacio. Ejércitos de hackers
combaten día y noche en este
entorno global que no conoce fronteras
y que comprime los tiempos.
Estados que atacan a estados, pero
que también arremeten contra particulares.
Según un informe de la ONU, los
norcoreanos en concreto han estado
robando bancos extranjeros
online para contribuir a las maltrechas
finanzas del país. Aparentemente,
algunos también se dedican
a atacar a hackers extranjeros con
la finalidad de robarles sus «herramientas
» y convertirlas
en «armas». Uno de los
atacados, P4x, poco intimidado
por el Derecho
Internacional, decidió
devolver la visita de
cortesía a los sistemas
de Pyongyang con una
serie de ataques de denegación
de servicio
a las escasas webs del
país. La segunda mitad
de enero, mientras volaban
por allí misiles de
todo tipo, las páginas
de Corea del Norte sufrieron
apagones intermitentes que
cualquiera hubiera pensado que
estaban relacionados con las pruebas
de los cohetes. Sin embargo, el
desaguisado era obra de una sola
persona. El ataque no afectó a los
escasos usuarios norcoreanos con
acceso a Internet, pero sí a cualquiera
que intentase conectarse desde
fuera del país2.
Todo un reto para los servicios
de ciberseguridad, que tienen que