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El Spanish Hospital
de Bagram Juan Carlos Laguardia Chueca
«Cuanto más lejos se deja a un hombre de su hogar, con más tenacidad se apega a todo lo que un día
significó para él. En Afganistán, donde el río Kokcha fluye desde las montañas y las minas azules de Badajshán
para incorporarse al curso superior del Oxo desde donde se avista el corredor que atraviesa los Pamires
en dirección a China, la enorme ciudad griega de Aï Khanum empezó a salir a la luz en la década de los sesenta».
revista de aeronáutica y astronáutica / marzo 2022
el Spanish Hospital de Bagram 217
Era un primero de febrero, del 2.º
año del último siglo, cuando vimos
partir a nuestros compañeros del
Destacamento de la UMAAD (Unidad
Médica de Apoyo al Despliegue),
que nos precedían 24 horas, para
participar en la Operación Libertad
Duradera, en lo que iba a ser el primer
hospital de apoyo a la coalición
internacional desplegada en Afganistán.
El día 2, el resto del contingente
nos embarcamos en el 2.º C-17 Globemaster
camino de Bagram.
Sorpresa, enorme sorpresa, la que
sentimos al llegar a Doha, contemplada
como escala en nuestro trayecto.
Corta escala, pero suficiente para
Teniente coronel medico (reserva)
Especialista en Medicina de Trabajo
Licenciado en Antropología Social
y Cultural
Alejandro Magno. Conquistador del mundo
conseguir hacer de la noche, con su
oscuro manto, nuestra aliada en el
momento de la toma en tierras afganas.
Vosotros, compañeros, hubisteis
dar la vuelta tras el imposible aterrizaje,
dicen que por malas condiciones
meteorológicas, en la pista de la antigua
base soviética.
En Doha coincidimos, aunque no
llegásemos a encontrarnos. Con el
ocaso sobradamente cumplido, y
bien entrada la noche, seguimos
camino detrás vuestra. Apenas una
hora. Y al igual que vosotros, en la
encubridora oscuridad, oscuridad
natural y artificial, oscuridad completa,
iniciamos un vertiginoso descenso
Robin Lane Fox
para una toma de máximo esfuerzo.
Nuestros aliados americanos descargaron
el material y equipos que nos
acompañaban y nos guiaron al lugar
de descanso. Camino peligroso, en
el que el pie debe pisar en la huella
del anterior. Duro suelo de un edificio
agujereado por infinidad de proyectiles
en incontables enfrentamientos
desde nadie sabe cuándo, pero hoy,
ayer, nuestro cobijo.
No, no iba a resultar fácil. Frío, mucho
frío. Diecisiete grados bajo cero a
nuestra llegada.
Solar seguro, pero no del todo, para
instalar el campamento y el Spanish
Hospital. Trabajo duro para hacerlo.
Solar de bandera amarilla, el riesgo
existía, donde basura, chatarra y todo
tipo de dispositivos han sido arrastrados,
los que se hallaban en la superficie,
hasta sus límites perimetrales
conformando fronteras físicas, visuales
y emocionales
Apenas llevamos tres días de tenaz
trabajo. Ventisca. Inmediata reacción
para anclar las tiendas del campamento
mientras todavía lo estamos instalando.
Una nueva pequeña, ínfima,
victoria.
Mañana blanca, muy blanca. Y fría.
Todavía no hemos empezado el trabajo
que nos ha traído tan lejos. Nos
consolamos con su belleza. Está claro
El Spanish Hospital