75 años de la Primera
Bandera paracaidista
revista de aeronáutica y astronáutica / marzo 2022
dosier 177
La conmemoración del 75.º aniversario de la creación de la Primera Bandera paracaidista junto al 74.º aniversario del
primer lanzamiento paracaidista militar en España es particularmente oportuno y adecuado para entender la realidad
de los paracaidistas del Ejército del Aire y de su dimensión como capacitador de la Fuerza Aérea en determinadas áreas.
La Primera Bandera precedió a todas las unidades paracaidistas de nuestras Fuerzas Armadas, posteriormente se crearon la
Escuela Militar de Paracaidismo y los paracaidistas del Ejército de Tierra; y dio origen al Primer Escuadrón de Paracaidistas que
con el tiempo ha resultado en el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) y la Patrulla Acrobática Paracaidista del Ejército
del Aire (PAPEA), Escuadrón de Apoyo Aéreo al Despliegue (EADA) y Segundo Escuadrón de Apoyo Aéreo al Despliegue
(SEADA), además de otras unidades del Ejército del Aire con carácter y aptitud paracaidista, como son la Escuadrilla Plus Ultra
de la Guardia Real y la Escuadrilla de Honores del Grupo de Seguridad del Cuartel General.
Su historia es la de un nacimiento rodeado de la ilusión y entusiasmo de los pioneros, que hubieron de superar numerosas
dificultades iniciales, un crecimiento ciertamente diferente a lo esperado, al pasar a una entidad Escuadrón al tiempo que veían
nacer y crecer las unidades paracaidistas del Ejército de Tierra, y un final lejos de lo que se había planeado y esperado, con la
desaparición del primer escuadrón que se transformó en una Escuadrilla de Zapadores Paracaidistas.
Y con el paso del tiempo, esta «decepción» se transforma en una historia de éxito, pues el resultado han sido los citados EZAPAC,
EADA y SEADA, unidades facilitadoras de la aptitud expedicionaria de nuestro ejército, y que proporcionan la capacidad
de operaciones especiales y de despliegue aéreo imprescindibles para operar en los teatros actuales. Su aportación puede
parecer pequeña en relación a la misión del Ejército del Aire, pero nunca carente de importancia, como reza una de nuestras
consignas.
Fueron muchos los que gracias a su ilusión y entusiasmo posibilitaron el éxito. Es preciso citar los nombres del general de
división don Mariano Gómez Muñoz en el nacimiento y evolución de la Primera Bandera a Primer Escuadrón hasta su disolución.
Y es imprescindible reconocer la figura del teniente general José Antonio Beltrán Doña, legendario jefe de los zapadores
recientemente fallecido, que fue el artífice de la transformación de la Escuadrilla de Zapadores Paracaidistas en las unidades de
operaciones especiales y de apoyo al despliegue que hoy forman en el Ejército del Aire. El general Beltrán fue capaz de poner
en valor el papel de la unidad, de elaborar doctrina, siempre con una mirada innovadora desarrollando técnicas y procedimientos,
y sobre todo con visión estratégica y capacidad de comunicar sus ideas a aquellos que debían tomar las decisiones.
¿Tiene que seguir habiendo paracaidistas? Las técnicas especiales de infiltración paracaidista son plenamente vigentes en
nuestras unidades de operaciones especiales, pero más allá de ello, la denominación del título que se concede al completar el
curso y ganarse el derecho a portar el emblema paracaidista es «cazador paracaidista», y estas no son palabras elegidas al azar.
Los lanzamientos de la Bandera siempre se dirigían a algo, a alcanzar un objetivo o a completar una tarea en tierra, nos contaba
el general Gómez Muñoz. El espíritu paracaidista es esencialmente el del cazador, y sobre esto hay poco que explicar a los aviadores,
el aviador es un cazador con un equipo, una tarea a realizar y un objetivo a lograr. Es tal la identificación de los paracaidistas
del Ejército del Aire con su ejército que podemos decir que espíritu del zapador es idéntico al espíritu aviador, lo hemos
visto en los numerosos despliegues en el exterior en los que hemos operado y vivido juntos pilotos, aviadores y paracaidistas.
El lema que hoy luce el Escuadrón de Zapadores, heredado de la Primera Bandera, «solo merece vivir…» ya no le pertenece en
exclusividad, es patrimonio de todos los aviadores del Ejército del Aire
Los artículos que componen el dosier vienen a poner de manifiesto la importancia del respeto a nuestra historia y nuestros
antecesores, para lo cual es necesario conocer nuestros orígenes y comprender los motivos de las decisiones que se tomaron,
porque esto nos ayudará a entender las cuestiones que se nos planteen en el futuro y sobre todo, a la toma de decisiones.
A modo de clausura quiero compartir que hasta semanas antes de su fallecimiento en octubre pasado, el general Beltrán no
cesó de aportar al autor de estas líneas iniciativas y propuestas para el servicio relacionadas con las unidades paracaidistas, tal
era su espíritu aun llevando más de una década en la situación de retiro. Yo espero poder emular esa actitud, aunque sé que en
más de una ocasión me encontraré preguntándome… ¿qué pensaría Pepe de esto?
José Luis Figuero Aguilar
General (reserva) del Ejército del Aire