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revista de aeronáutica y astronáutica / abril 2022
262 hacia la aviación de sexta generación
Diversos países se han sumado al
desarrollo de sistemas de combate
6-gen, como es el caso de Rusia.
Actualmente este país se encuentra
inmerso en la puesta a punto de
su caza 5-gen (quinta generación)
Sukhoi Su-57, del que ya se ha iniciado
la fabricación de los primeros
aparatos de serie. El analista militar
Michael Kofman, del CNA (Center
for Naval Analyses), ha declarado
que el Su-57 es un diseño sigiloso
pero no comparable a los F-22 y
F-35 estadounidenses, si bien Kofman
significa que preferiría un Su-
57 a un J-20 chino. Asimismo, las
primeras versiones del Su-57 volarán
con propulsores AL-41F, una
versión modificada del que monta
de serie el Su-35S, hasta que la versión
definitiva Izdeliye-30 alcance su
madurez; no obstante, evolucionar
este motor a uno de ciclo variable
(VCE, Variable Cycle Engine) como
el que demandan los cazas 6-gen
no será tarea fácil. En lo que respecta
al Mig-41 poco se sabe, excepto
que Rusia lo anuncia como un interceptor
furtivo 6-gen, proyectado
a partir del Mig-31, capaz de superar
mach 4 y 45 000 metros de altitud,
equipado con el propulsor ya
mencionado Izdeliye 30 y un láser
antimisiles, que incluso podrá ser
pilotado remotamente.
Por su parte India abandonó el
proyecto del caza FGFA (Fifth Generation
Fighter Aircraft) que iba
a desarrollar a partir del Su-57, en
colaboración con Rusia. Según la
prensa especializada, el motivo esgrimido
por la India sería que las
características ELO, aviónica, radar y
sensores del Su-57, aún no alcanzan
los estándares de un caza 5-gen. Sin
embargo, India comunicó recientemente
sus intenciones de dotarse de
sistemas de combate 6-gen dotados
de armas no-cinéticas de energía
dirigida (DEW, Directed-Energy Weapon),
misiles hipersónicos y enjambres
de RPAs inteligentes.
Mientras tanto China muestra sus
aspiraciones de disponer de un
avión de combate 6-gen para 2035.
No obstante, su más reciente diseño
Chengdu J-20, catalogado como
caza 5-gen, comenzó volando con
motores rusos AL-31, similares a los
que monta el Sukhoi Su-27, aunque
China lleva ya tiempo intentando
desarrollar propulsores autóctonos
como los Shenyang WS-10 y Xian
WS-15. Si bien, según parece, los
resultados estarían lejos de alcanzar
en durabilidad y fiabilidad a
los motores de los aviones Sukhoi
Su-30/35. En palabras de Kofman,
el J-20 posiblemente tenga una
excelente aviónica y software, pero
adolece de un propulsor antiguo y
problemas de furtividad bajo ciertos
ángulos de iluminación. De hecho,
la Fuerza Aérea india afirmó
en 2018 que sus Su-30MKI podían
detectar el J-20 desde varios kilómetros
de distancia, aunque el analista
Justin Bronk, del RUSI (Royal
United Services Institute), justificó
esta afirmación planteando que
los J-20 quizás empleen reflectores
radar en tiempo de paz. Respecto
al caza chino Shenyang J-31, está
considerado como un proyecto
ELO inferior al J-20 que podría tener
aplicaciones navales y/o para
exportación.
Japón es otra superpotencia que
con un nivel tecnológico destacable,
unido a su enorme potencial
económico, es un rival industrial de
peso en el desarrollo de aviones
de combate 6-gen. Ante la negativa
de Estados Unidos (EE.UU.) de
vender el F-22 Raptor, Japón inició
Sukhoi Su-57