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revista de aeronáutica y astronáutica / abril 2022
266 hacia la aviación de sexta generación
Japón y a India a unirse al proyecto.
Finalmente, conminado por Washington,
Japón ha decidido asociarse
con los EE.UU. Ante la cada vez
más lejana posibilidad de fusionarse
con el FCAS, cabe preguntarse
si el RU optará por unirse a alguno
de los dos diseños 6-gen que lidera
EE.UU., como ya ocurrió con el F-35,
donde una hipotética participación
del RU del 15 % repercutiría en su industria
con el mismo beneficio que
el Tempest.
NEXT GENERATION AIR
DOMINANCE
Preocupados por el imparable
avance de plataformas como el Su-
57 y el J-20, en 2016 se publica el
informe Air Superiority 2030 donde
la USAF (United States Air Force) expresa
la necesidad de reemplazar
tanto al F-15 como al F-22 con un
caza furtivo supersónico diseñado
primordialmente para la superioridad/
dominio aéreo. En este informe
se identifican las capacidades que
debería tener esta aeronave para sobrevivir
en el cada vez más complejo
entorno de combate aéreo futuro.
Así surge el programa NGAD (Next
Generation Air Dominance) cuyo fin
último es desarrollar un caza 6-gen
PCA (Penetrating Counter Air) que actuará
como nodo central del NGAD,
conectándose en red con sensores,
RPAs, armamento y otros elementos,
en el dominio del aire, espacio y ciberespacio.
El PCA alcanzará objetivos alejados
en ambientes controvertidos
A2/D2 en régimen de supercrucero,
escoltando a los nuevos bombarderos
B-21 Raider, lo cual demandará
mayor espacio para el combustible
y una bodega de armas interna más
grande para albergar más misiles aire
aire que el F-22. El innovador sistema
defensivo IADS (Integrated Air
Defence Systems) le permitirá salir airoso
contra cualquier amenaza actual
y futura. Precisará de un radar mucho
más complejo que el AESA AN/APG-
77 del F-22 para detectar los cazas
sigilosos enemigos, y contará con
avanzados sistemas de detección
pasiva que no delaten su presencia.
Podrá penetrar profundamente en el
espacio aéreo del adversario gracias
a innovadoras medidas EPM (Electronic
Protective Measures), realizando
ataques cinéticos y no-cinéticos, para
lo cual deberá ser menos observable
que sus predecesores, no solo a los
radares de banda X como los F-22 y
F-35, sino a todo el espectro electromagnético
(IR, RF, UV,…). Contrarrestará
las defensas del enemigo con
sofisticadas técnicas ECM (Electronic
Countermeasure) y medidas soft-kill
(señuelos), disponiendo de dispositivos
DEW y misiles antimisiles hard-kill
eficaces contra misiles hipersónicos,
garantizando así el dominio aéreo.
Sobre la base de un requerimiento
de la USAF de 414 PCAs, la Oficina
Presupuestaria del Congreso CBO
(Congressional Budget Office) ha
estimado un coste de 300 millones
de dólares por aeronave, demasiado
RPA LANCA
PCA de Lockheed Martin