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Internet y nuevas
tecnologías Ángel Gómez de Ágreda
Coronel del Ejército del Aire
Doctor en Ingeniería
de Organización (UPM)
angel@angelgomezdeagreda.es
revista de aeronáutica y astronáutica / abril 2022
332 internet y nuevas tecnologías
APERITIVO EN UCRANIA.
La verdad ha dejado de ser la primera
víctima de la guerra –quizás
nunca lo fue– porque muere mucho
antes del primer disparo.
Llama poderosamente la atención
como, cuando la tecnología parecía
que iba a despejar de una vez por
todas la famosa «niebla de la guerra»
de Clausewitz, el prusiano vuelve a
prevalecer. A base de arrojar luces
de verdad subjetiva e interesada sobre
la realidad hemos acabado deslumbrados,
y ya no sabemos si un
camión se nos echa encima o si estamos
viendo la luz al final del túnel. La
de Ucrania está siendo un ejemplo
paradigmático de desinformación
en todas sus versiones.
El Servicio Europeo de Acción Exterior
tiene desde hace siete años
una unidad especializada en combatir
la desinformación, especialmente
la procedente de Rusia. Se trata de
East Stratcom1, que mantiene una
web en la que recoge las manipulaciones
informativas que detecta y
ofrece consejos para entender mejor
la realidad: EUvsDisinfo. Allí podemos
encontrar varios artículos sobre
Ucrania2 e, incluso, uno específico
sobre la narrativa rusa relativa al conflicto3
.
Rusia también toma medidas. La
desinformación en sus medios está
absolutamente penada. En un ejercicio
de transparencia y para que no
quedasen dudas, se ocupó de dejar
claro a los editores qué contenidos
iban a ser considerados falsos y la
necesidad de evitar términos como
«invasión» o «guerra».
Una semana antes del comienzo
de las operaciones militares, en Kiev
intentaban recuperar la operatividad
de los servicios online de varios
bancos e instituciones caídos tras
un ataque de denegación de servicio
distribuida. Cuando, en 2007,
Estonia sufrió la madre de todos
los ciber-ataques de denegación
de servicio, se vio desconectada del
mundo durante un par de semanas.
Ahora, teniendo en cuenta las posibilidades
que hay, algunos llaman a
los atacantes «meros raterillos» de
poca monta. En Privatbank y en Sberbank
discrepan.
Microsoft también identificó el
malware destructivo con origen y
destino en Ucrania. Para hipotéticamente
recuperar los sistemas, como
en el viejo anuncio, «son 10 000».
Dólares, en este caso4. La guerra no
será nunca algo únicamente digital,
pero tampoco volverá a librarse sin
que una parte tenga lugar en el ciberespacio.
Para echar una mano –no ya en
desfacer el entuerto, sino en prevenir
otros– la Unión Europea envió a un
grupo de diez expertos de seis países
a primera línea (concepto para
cuya explicación en el ciberespacio
todavía no ha surgido el Clausewitz
que lo aclare y que obliga a que todos
tomemos medidas en nuestras
propias redes, más todavía ahora).