revista de aeronáutica y astronáutica / abril 2022
264 hacia la aviación de sexta generación
Lightning II tiene limitado el supercrucero
a 150 millas, si bien puede
comprometer la furtividad de un
avión que, como en el caso del F-35,
solo la tiene plenamente garantizada
frontalmente.
En cuanto a los cazas 6-gen, además
se debe añadir, por citar las más
relevantes, control de enjambres de
RPAs inteligentes análogo al concepto
skyborg/loyal-wingman, mayor
generación de energía eléctrica que
permitan montar armas DEW, misiles
hipersónicos, pilotado remoto apoyado
por IA (inteligencia artificial),
tecnología SRFCC y motores VCE
eficientes en todos los regímenes
sónicos.
La furtividad de un avión de combate
6-gen involucra tecnologías
ELO, las cuales abarcan no solo la
sección radar (RCS, Radar Cross Section)
sino también el espectro IR (infrarrojo),
la imagen visual, signatura
RF (radiofrecuencia), firma UV (ultravioleta)
y nivel acústico. Disminuir las
emisiones térmicas exige supresores
mejorados y redistribuir el calor
por la superficie de la aeronave para
hacerla coincidir con la atmósfera
adyacente. Además, reducir la RCS
requerirá de avanzados nanomateriales
RAM (RADAR Absorbing Materials)
que actúen contra los radares
de baja y muy baja frecuencia (como
los sofisticados S-400 y S-500 rusos),
nuevas configuraciones sin estabilizadores
verticales como el bombardero
B-2 Spirit, y una amplia bodega
de armas que evite transportar el armamento
en el exterior. No obstante,
la utilización de toberas vectoriales
para conseguir una alta maniobrabilidad
puede provocar que los deflectores
de la tobera generen un efecto
pernicioso en las características sigilosas,
lo cual debe ser muy tenido en
cuenta en el diseño.
TEMPEST
Quizás el más directo competidor
del FCAS sea el Tempest, un proyecto
liderado por el Reino Unido (RU) al
que se han adherido Italia y Suecia.
El Tempest se basa en un caza furtivo
tripulado OPV (Optionally Piloted
Vehicle), pudiendo así ser pilotado
remotamente. Prevista su entrada
en servicio para el 2035, contará con
mantenimiento inteligente, armas cinéticas
y no-cinéticas, misiles hipersónicos,
sensores avanzados activos/
pasivos electrópticos/RF, y sofisticadas
medidas de apoyo electrónico
(ESM, Electronic Support Measures)
para localizar, interceptar e identificar
las emisiones electromagnéticas,
y determinar el EOB (Electronic
Order of Battle). Con mayor alcance
que un F-35, podrá desplegar y controlar
enjambres de RPAs, lanzados
desde una bahía de armas, capaces
de atacar objetivos en ambientes
disputados A2/AD (Anti-Acces/
Area Denial) aplicando el concepto
MUM-T (Manned-Unmanned Teaming),
donde la cooperación entre
plataformas remotamente tripuladas
y no remotamente tripuladas incrementará
la conciencia situacional de
las tripulaciones con la consecuente
disminución del riesgo.
La cabina confrontará un entorno
de pantallas de realidad virtual y aumentada
que se proyectarán en el
casco del piloto. Estas pantallas se
activarán por escaneo retinal, facilitando
a los pilotos una visión de inteligencia
con imágenes y video de la
misión. El casco chequeará en todo
momento la actividad neuronal, de
conciencia y signos vitales, mediante
sensores insertados en el equipo
de vuelo. Con novedosos interfaces
HMI (Human Machine Interface), los
pilotos estarán apoyados por una IA
reconfigurable, en forma de «copiloto
virtual», que podrá asumir ciertos
cometidos. Las cámaras montadas
en el exterior de la aeronave permitirán
al piloto «mirar a través» del
suelo proporcionando una conciencia
situacional 360.°. El nuevo casco
también estará equipado con «sonido
3D» de modo que si otro avión o
misil se acercará, el piloto percibirá la
ilusión de que el sonido llega desde
esa dirección. Asimismo, la empresa
Leonardo, a cargo de la tecnología
del radar, presume de gestionar más
de 10 000 veces más datos que los
sistemas actuales.
Rolls Royce, como contratista principal
de la planta propulsora del
Tempest, anuncia un producto VCE
que hará un amplio uso de tecnologías
de fabricación aditiva con
materiales compuestos cerámicos
ligeros, capaces de soportar altas
temperaturas, controles digitales, y
con la suficiente capacidad de generar
energía eléctrica, mediante imanes
en los núcleos de las turbinas,
Chengdu J-20