28 ISABEL BUENO BRAVO
El tratamiento de las provincias variaba en función de la resistencia
en el momento de integrarse al imperio. Si la oposición había sido débil
y la vía diplomática había funcionado por encima de la militar, los mexicas
mantenían la administración local, incluso a los mismos señores, si
les juraban fidelidad. En otras ocasiones, los señores conquistados eran
sustituidos por parientes cercanos que se habían posicionado a favor del
imperio mexica.
A veces, se dejaba la misma organización territorial y otras no, eso
suponía trasladar la jefatura de un pueblo a otro. En todos los casos debían
pagar tributos que siempre estaban en consonancia con la mayor o menor
hostilidad de la provincia conquistada.
Este tipo de imperio hegemónico tiene algunas ventajas sobre el modelo
de imperio territorial. Por ejemplo, un mayor y más rápido crecimiento
basado, entre otras cosas, en un menor coste administrativo. Pero si no observa
cierta flexibilidad en sus estructuras, para llegar a un equilibrio mixto
de ambos, las continuas insurrecciones y la lejanía del núcleo imperial, para
dar una respuesta rápida, constituyen una desventaja.
Otra característica del imperio mexica fue el arduo entramado que
realizaban a través de alianzas matrimoniales o matrimonios de estado entre
la casa imperial y las diferentes casas sojuzgadas, para vincularse por lazos
de sangre. Este método pretendía paliar las debilidades inherentes al modelo
hegemónico. El hecho de que entre los nobles se practicara la poligamia
proporcionaba suficientes candidatos para ocupar tronos de diferentes ciudades,
siempre vinculados con la sangre “real”. Esto no dejaba de ser un
asunto envenenado porque estos príncipes de “segunda división” también
deseaban el cetro imperial, o los de “primera división” entre sí, por lo que se
debía controlar el descontento de los candidatos con pretensiones, para evitar
derrocamientos y regicidios que alterara el difícil equilibrio de aglutinar
a pueblos tan diversos. Si estas situaciones siempre habían sido delicadas en
el devenir del imperio, fueron especialmente demoledoras en 1519, cuando
Hernán Cortés aglutinó a muchos de estos señores descontentos para luchar
junto a él.
La sociedad mexica no solo estaba bien estructurada, sino que estaba
bien ordenada a través de un corpus de leyes que establecía las formas aceptables
de comportamiento en la comunidad. Se promulgaron leyes severas
que castigaban más duramente a los nobles que a los plebeyos, frente al mismo
delito. Se condenaba el robo, la homosexualidad, el asesinato, el aborto,
el incesto, la violación y el adulterio.
Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2020, pp. 28-60. ISSN: 0482-5748