72 JUANA MATEOS DE LA HIGUERA GARCÍA-UCEDA
DESARROLLO DEL YO HÉROE
Cuando planteamos el concepto del héroe, estamos hablando del héroe
como mito, como referencia arquetípica de la sociedad. Este héroe es un
híbrido, un mito que se puede y debe adaptar a los tiempos para seguir siendo
válido. No podemos tener en mente al hablar de los héroes renacentistas
una lectura del concepto demasiado coloquial, especialmente en estos días,
donde la idea de héroe, gracias a la cultura audiovisual contemporánea, se
ha hecho sinónimo de “superhéroe”, que en realidad es una vuelta al héroe
más estereotipado. El que cómo dice María Teresa Ibañez21“lo vincula a los
“antiguos paganos” y le hace hijo de un dios o una diosa y de sus amores
con un ser humano. Pero también le otorga prestigio e integridad y le convierte
en un personaje prominente de la epopeya. Es, pues, un ser especial
no comparable a los hombres normales que pueblan el mundo real. En la
tradición clásica tiene el héroe otros atributos o vinculaciones; entre ellos
su relación con las guerras, con las virtudes del heroísmo y sus propiedades
histórica y simbólica; es una figura ejemplar”. En el proceso histórico esta
idea del héroe no es tan estática, al contrario, el héroe como mito se convierte
en un referente en constante cambio, con ideales pero no idealizado. Los
héroes en la Antigüedad tenían la capacidad de luchar contra los dioses, el
valor es el eje que permite ese enfrentamiento, la mayoría de las veces victorioso.
Para el Barroco el héroe es prudente, sagaz y belicoso junto a filósofo
y buen político como lo define Baltasar Gracián22. En el siglo XVII, ya en
pleno Barroco, el héroe que estaba empezando a surgir en el Renacimiento
está plenamente planteado y ya no se producirá un cambio importante hasta
la época contemporánea23. Entre el Clásico y el Barroco el héroe se ha ido
adaptando. Los héroes deben redefinirse y transformarse según el tiempo
en el que son necesarios, su esencia y mensaje irá variando: “mostrando
muchos de ellos la pervivencia secular de los modelos que los originaron,
que viene a ser nada más que una secuencia de la renovación del cambiante
papel social cumplido según cada periodo de la historia que atraviesan”24.
21 Ibañez Ehrlich, María Teresa: “El concepto de héroe y su desarrollo en la literatura española
actual” en Céfiro: Enlace hispano cultural y literario, Vol. 9, nº1-2, 2009, pág. 35.
22 Ibañez Ehrlich, María Teresa: op.cit., pág. 36.
23 “Desde la segunda mitad del XIX, cuando ya en la literatura que surgió después del
Romanticismo se había consagrado la figura del antihéroe, la vida para el ser humano
ha cambiado tanto que Dios y la religión, asociada ésta a la política e instrumento propagandístico
de la misma, no son soportes del mundo; como consecuencia desaparecen
los valores tradicionales que portaban los héroes” Campbell citado por Ibidem, pag. 36.
24 Martínez Pérez, Antonia: Heroes míticos de la literatura medieval: tipología e imágenes”
en Cuadernos del CEMYR, nº 14, 2006.
Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2020, pp. 72-88. ISSN: 0482-5748