58 ISABEL BUENO BRAVO
compensas que el tlatoani entregaba a los guerreros o políticos importantes
de otras provincias como penachos, escudos, abanicos, mantos, cortinajes,
tocados, murales, cuadros, accesorios para vestir y el pelo, etc… Para su
trabajo contaban con aves en cautiverio y las que procedían del tributo. Los
amantecas tomaron el nombre del barrio donde vivían: Amantla, que estaba
junto al de los pochtecas o comerciantes de larga distancia, seguramente
porque ambos disfrutaban de una alta consideración social y sus trabajos
estaban interrelacionados.
Eran casi iguales en las haziendas y en las hazer de las fiestas o banquetes,
porque los mercaderes traian de lexas tierras las plumas ricas, y
los amantecas las labravan y componían, y hazían armas y divisas y rodelas
de ellas, de que usavan los señores y principales, que eran de muchas
maneras y de muchos nombres, como en la letra está explicado51.
El arte plumario fue muy valorado por los religiosos españoles, que
encargaban a los amantecas la realización de tapas para cálices, ropa de
misa y cuadros con motivos religiosos.
Pónese el Santísimo Sacramento reverente y devotamente en sus custodias
bien hechas de plata, y demás de esto los sagrarios atavían de dentro
y de fuera muy graciosamente con labores muy lucidas de oro y plumas,
que de esta obra en esta tierra hay muy primos maestros, tanto que en
España y en Italia los tendrían por muy primos, y los estarían mirando la
boca abierta, como lo hacen los que nuevamente acá vienen; y si alguna
de estas obras ha ido a España imperfecta y con figuras feas, halo causado
la imperfección de los pintores que sacan primero la muestra o dibujo, y
después el amantecatlh, que así se llama el maestro de esta obra que asienta
la pluma; y de este nombre tomaron los españoles de llamar a todos los
oficiales amantecas; mas propiamente no pertenece sino a éstos de la pluma,
que los otros oficiales cada uno tiene su nombre, y si a estos amantecas
les dan buena muestra de pincel tal sacan su obra de pluma, y como ya los
pintores se han perfeccionado, hacen muy hermosas y perfectas imágenes
y dibujos de pluma y oro52.
51 SAHAGÚN, Bernardino de: Historia General de las Cosas de Nueva España. Dastin,
Madrid, 2001, 2 vols, II, lib. IX, cap.19, pág. 759.
52 MOTOLINÍA, Toribio de Benavente: Memoriales e Historia de los indios de la Nueva
España, Atlas, Madrid, 1970, pp. 230-231.
Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2020, pp. 58-60. ISSN: 0482-5748