SECCIONES - APUNTES DE EDUCACIÓN FÍSICA
DIFUSIÓN DEL MÉTODO GIMNÁSTICO
AMOROSIANO EN EL EJÉRCITO ESPAÑOL
DURANTE EL SIGLO XIX (IV)
Eduardo Aragón Gómez. Teniente coronel
Jefe de Estudios de la Escuela Central de Educación Física
Durante la época estudiada queda patente
que el Arma de Ingenieros fue la
que más se implicó en la difusión del
método amorosiano. Posiblemente
sus propias capacidades para asumir
la construcción de las grandes máquinas
diseñadas por Amorós, así como
la cantidad de ejercicios de aplicación
inmediata para los zapadores-bombero
y pontoneros, justifiquen ese impulso.
Pero sin lugar a dudas, las figuras
de Bartolomé Amat, Zarco del Valle y
muy especialmente Aparici, resultaron
fundamentales en la pujanza inicial de
la difusión del método amorosiano en
España. De hecho, si desde 1847 las
noticias en el Memorial de Ingenieros
sobre la evolución del gimnasio y de
los distintos cursos organizados son
constantes hasta 1858, a partir de
esa fecha, hasta final de siglo, no hemos
encontrado ninguna noticia significativa
110 / Revista Ejército n.º 969 • diciembre 2021
al respecto. Es más, cuando
en 1877, a instancias del gobierno de
Cánovas para dar cierta homogeneidad
a la enseñanza impartida en las
academias de las distintas Armas1, se
redacten los planes de estudio para el
Arma de Ingenieros, estos no contemplarán
la gimnasia como asignatura y
ni si quiera se llega a establecer la figura
de algún profesor2.
En el caso de Infantería, debió de pasar
algo parecido: el impulso de Christou
no tuvo la continuidad deseada.
Posiblemente, las actividades propias
de la instrucción del infante con una
elevada carga física, hicieran que no
se considerara necesario dedicar un
tiempo específico a la gimnasia. Una
lástima resultó también el hecho de
que cuando, en 1878, el teniente de
Infantería Francisco Pedregal Prida,
intentara acceder a la vacante de profesor
de gimnástica para el Colegio de
Infantería, la ansiada plaza no llegara
a publicarse oficialmente asignándosela
directamente a otro candidato.
Afectado por este acontecimiento, Pedregal,
en 1884, escribiría Gimnástica
Civil y Militar, un libro con una elevada
carga de ejercicios de origen amorosiano
que, si bien no fue declarado de
utilidad para el ejército, recibió el reconocimiento
en otras instituciones públicas
como el Ministerio de Fomento
y la Real Academia de Medicina.
Esta obra además le abrió las puertas
A MODO DE CONCLUSIÓN