![](./pubData/source/images/pages/page41.jpg)
41
Se puede obtener algo más de información
del examen de las respuestas
libres facilitadas por un buen número
de encuestados. La mayor parte de estos
comentarios, tanto de estudiantes
de francés como de inglés, insiste en la
inutilidad de esta asignatura para la formación
como futuros oficiales («un desastre;
el que tenía buen nivel lo perdía
en parte»; «la peor asignatura, a años
luz del resto; imposible hacerlo tan
mal»). Como responsable principal de
la escasa efectividad de la enseñanza
de lenguas se destacaba la deficiente
metodología utilizada («poco práctica
y basada en gramática sin posibilidad
de expresión oral y sin apenas vocabulario,
ni civil ni militar»), aunque algunos
señalaban que era un mal común
en la España de la época («era poco
práctica, algo que, en general, ocurría
en la enseñanza de lenguas en España
»). La baja calidad del profesorado
es también un factor negativo al que
se alude en bastantes respuestas («no
había personal docente cualificado»;
«siempre eché de menos profesorado
nativo»). Solo uno de los encuestados
señaló en su respuesta abierta que hubiera
sido bueno estudiar un segundo
idioma en la AGM («el segundo idioma
es necesario; pero distinto, no el mismo
para todos»)2.
COMENTARIOS LIBRES
La impresión general sobre el plan de
estudios seguido por estas promociones
(Plan 1973) parece ser muy
positiva, aunque algunos de los encuestados
matizan que era un buen
plan «para la época». En una de las
respuestas se sugería que, quizá, la
formación no se adaptaba bien a las
necesidades del ejército, y se señalaba
que «salimos demasiado preparados
para la realidad de los destinos
en que servimos, especialmente de
capitán». Para bastantes, el aspecto
más destacable del plan era el proceso
de selección, que, en general,
se considera más justo y transparente
que el que existía con anterioridad
(«a través del Selectivo se ingresaba
por un procedimiento de superación
de etapas, similar a una evaluación
continua. Método de selección más
transparente, menos irregularidades
en el ingreso… Si no se ingresaba, las
asignaturas aprobadas servían para
hacer una carrera civil»). Uno de los
encuestados recordaba, sin embargo,
que al permanecer los aspirantes
largos meses o años en régimen de
competición, «durante el Selectivo
se produjeron problemas de compañerismo
».
El plan de estudios era, en cualquier
caso, fruto de un concepto inicial que
para algunos encuestados sigue sin
estar claro. En una de las respuestas
leemos que «no se tenía una idea uniforme
de qué oficial se buscaba formar
» y otro encuestado desarrollaba
la misma idea matizando que «un plan
de estudios debe estar adecuado a los
objetivos de formación que se consideren
y nunca como una mezcla de
conocimientos universales sin más».
Para algunos, toda la justificación del
plan de estudios se reducía al intento
de equiparar la enseñanza militar a la
universitaria («al impartir materias de
tipo científico no pretenden proporcionar
un conocimiento sobre tales
materias al alumno, sino simplemente
equipararnos con los estudios universitarios,
algo que considero erróneo
»).
Sin llegar a renegar del Plan 1973 y
de sus fundamentos, hay un número
importante de comentarios que inciden
en que la enseñanza militar debería
ser fundamentalmente distinta de
la universitaria. Uno de los encuestados,
en particular, señalaba que «la
Academia Militar existe para formar
guerreros … Y si alguien cree que la
formación de oficiales es para crear
Academia General Militar