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Los carabineros pertenecían a la caballería
ligera, como los coraceros, e
iban equipados con tercerolas, armas
de fuego más pequeñas que las posteriores
carabinas, pero más manejables
y de gran efectividad. Los dragones,
por el contrario, comienzan a
generalizarse a partir del siglo xvii.
Eran jinetes armados con arcabuces
y una espada. Eran unidades más rápidas
y precisas que también actuaban
para vigilar y cubrir las líneas de
abastecimiento9.
A pesar de la aparente sofisticación
de la caballería de la época, su uso
fue minoritario si lo comparamos
con el de las compañías de infantería.
Las armas de fuego, así como las
innumerables innovaciones que iban
apareciendo, fueron desplazando a
la caballería pesada medieval. A continuación,
vamos a analizar las tácticas
que, debido a todo ello, los tercios
españoles emplearon en los campos
de batalla y que les hicieron prácticamente
dueños de Europa durante
unos ciento cincuenta años.
FORMACIONES MILITARES
DE LOS TERCIOS
En lo que se refiere a las tácticas militares
de la época vamos a centrarnos
especialmente en los movimientos de
las unidades de primera línea, obviando
los de la retaguardia, de construcción
de obstáculos, logísticos –tales
como el camino español, por ejemplo
(Carmelo Santo Mateo, 2011)–. En
este apartado indagaremos las tácticas
comunes empleadas tanto por la
infantería de los tercios como por la
caballería del ejército, ambas de gran
importancia. Las formaciones más
comunes fueron la del escuadrón en
bloque, para la infantería, y la de la caracola,
para la caballería.
En el caso de la infantería,el cuadro
de infantería presentaba una formación
erizo que no era más que una
estructura defensiva formada por
compañías dispuestas en bloque
compacto en la cual los soldados se
protegían y protegían a los demás,
con picas largas.
Las primeras filas iban provistas de
picas mientras que el resto hacía uso
de sus armas de fuego. Su principal
Coraceros atacando: revistadehistoria/tercios-españoles/5#5
función residía en defenderse de las
cargas de caballería enemigas, siendo
de gran efectividad contra estas.
Sin embargo, esta táctica, aunque era
la más utilizada en el campo de batalla,
no era la única en combate, pues
según la situación se observaran cargas
de caballería, despliegues, asaltos,
encamisadas o asedios, entre
otras.
1. EL CUADRO O ESCUADRÓN
Es la formación por excelencia del
siglo xvi. Consistía en cuadros formados
74 / Revista Ejército n.º 969 • diciembre 2021
por piqueros, arcabuceros y
mosqueteros. Los piqueros, normalmente,
se situaban en las primeras líneas
y portaban picas de entre cuatro
y cinco metros y medio de longitud,
así como espadas. Las armas de fuego
las portaban los mosqueteros y arcabuceros,
situados en el cuadro, con
la diferencia de que los mosqueteros
iban provistos de horquillas para apoyar
sus mosquetes —armas más largas
y pesadas que los arcabuces—.
Generalmente, la caballería, arcabuceros
y mosqueteros se situaban en
los flancos o mangas para dar cobertura
al cuadro y hacer más efectivo el
ataque. A veces se situaban en las esquinas.
Esta era la táctica más habitual
en la batalla12.
Alex Claramunt (2016) establece que,
aunque esta fue la formación táctica
más habitual, la que dio muchos éxitos
a los tercios, se mantuvo, pero con
cambios13. Se percibe así un aumento
en armas de fuego y la búsqueda de
mayor flexibilidad. En este sentido, el
cambio se observa a partir de 1630,
cuando las unidades de los tercios
son más pequeñas. Claramunt (op.
cit.) destaca que de unos dos mil soldados
que predominaban anteriormente,
ahora había unos ochocientos
aproximadamente, que formaban entre
cinco y diez hileras de fondo. Con
ello se pretendía cubrir un frente más
amplio en los flancos con ese aumento
de armas de fuego, dando apoyo al
bloque de picas, el núcleo de la unidad,
según el autor.
Mientras el bloque se mantenía como
formación básica, las «mangas» del
tercio debían dar cobertura disparando
desde los flancos, manteniendo
«fuego sostenido» (op. cit.) para mermar
al enemigo antes de la acometida
de las picas.