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Esta táctica sobre todo se realizaba en
campo abierto; sin embargo, en los Países
Bajos apenas eran frecuentes las
batallas campales debido a la afluencia
de canales y ríos, remarca Claramunt,
por lo que arcabuceros y mosqueteros
solían desligarse del escuadrón para
«entretener al enemigo» mediante escaramuzas.
Esto fue posible gracias a que los tercios
eran unidades «nómadas», como
establece Miguel Ángel García Arocas
(2010). Según el autor, los tercios eran
fuerzas de intervención, ya que acudían
a los lugares donde fuera necesario,
cuando se los reclamase. Además,
estas situaciones favorecían la repercusión
del desplazamiento. Las marchas
se volvieron de vital importancia con lo
que ello conllevaba, su regulación, reconocimiento
de itinerarios, disposición
de mapas14…
Así pues, la formación básica fue el escuadrón
de picas, que era capaz, por
un lado, de resistir las cargas de caballería
enemiga, mientras que, por otro,
protegía las armas de fuego15. Estas
formaciones van a hacer que la infantería,
formando en cuadros cerrados,
se imponga en los campos de batalla,
gracias a la combinación de armas de
asta y de fuego y a su movilidad, como
se observa en Tercios Viejos (2020).
Miguel Ángel García Arocas (op. cit.)
establece, refiriéndose al escuadrón de
picas, que este nació de una idea básica
muy sencilla: «disponer los cinco tipos
de armas: picas, espadas, alabarda, arcabuz
y mosquetes de forma conjunta
que se obtuviese el mejor rendimiento
de las mismas, haciendo del conjunto
«un castillo fuerte en campo llano», en
el que los piqueros se disponían en una
formación tan cerrada que «entre uno y
otro no pueda pasar persona», mientras
que los tiradores adoptaban una menos
densa para poder hacer uso de armas.
Los tercios escuadronaban solo en las
batallas campales. En el resto de tipos
de combate no estaban sometidos a
las limitaciones de dicha formación»16.
Se observa, de este modo, la misión de
reforzar a la unidad, mientras que los
mosqueteros, según los expertos, se
situaban donde fuese necesario, aunque
todos coinciden en que al abrigo
de obstáculos como bosques, zanjas,
paredes… o también junto a los arcabuceros
si hubiera posibilidad alguna.
Con ello, todas las armas, continuando
con Miguel Ángel García (op. cit.),
se apoyaban mutuamente. Los piqueros
protegían a los arcabuceros de la
caballería enemiga con las picas y viceversa,
los arcabuceros hacían lo
mismo cubriendo a los piqueros mediante
los disparos. En este sentido,
como se ha mencionado anteriormente,
las banderas quedarían en el
centro del cuadro y los lados de las
hileras se cerraban con coseletes por
motivos de seguridad17.
Sin embargo, si bien el escuadrón era
lo habitual, dentro de cada formación
y según lo requiriese la batalla, había
múltiples tipos de formaciones. El escuadrón
se continuaba siempre «a la
sorda» (en silencio), con el objetivo de
evitar la confusión, y a la carrera. Para
cubrir su frente, se prefería a los piqueros
mejor armados. Normalmente
los capitanes eran los llamados a
acudir a la primera línea, por el hecho
de dar ejemplo a la tropa, aunque podía
correrse el riesgo de quedarse sin
oficiales, ya que la primera hilera o fila
era la de mayor riesgo.
Aun así, era un honor estar en primera
línea para los soldados españoles, que
ansiaban estar allí. De esta manera se
establece en el blog de Tercios Viejos
(op. cit.): «En la vanguardia de los escuadrones
iba lo más granado de los
infantes, ya que se consideraba un honor
entre los soldados españoles estar
en primera línea de combate. Los coseletes
más lúcidos y de mejor calidad
ocupaban las primeras filas».
Por otro lado, como se observa, la organización
del escuadrón no era sencilla
y todo dependía del número de soldados
disponibles, según las bajas o
incorporaciones, pues era fundamental
esta variable para que la formación
fuese compacta. Por ello, el sargento
mayor era quien debía improvisar según
el momento. Además, los autores
coinciden en que el enemigo era crucial
a la hora de organizar un escuadrón,
ya que no era lo mismo enfrentarse
a la infantería holandesa que a la
caballería francesa, por ejemplo. Otro
factor a tener en cuenta era el terreno,
pues el escuadrón normalmente estaba
concebido para superficies llanas.
Ejemplo esquematizado de la distribución de un Tercio