![](./pubData/source/images/pages/page24.jpg)
Legionarios de la IV Bandera colocando el pabellón español en lo alto del Islote de Perejil (2001)
fortuna que finalmente determina el
éxito o el fracaso.
ACCIÓN-REACCIÓN
El empleo de unidades militares no
debe confundirse con el uso de la
fuerza. No obstante, en la actualidad
pueden observarse aún diversas reticencias
a la solicitud para proceder
a una intervención de las Fuerzas
Armadas, y más concretamente del
Ejército de Tierra, incluso a pesar del
innegable cambio de concienciación
que la Unidad Militar de Emergencias
ha llevado a cabo con sus actuaciones
en apoyo a la sociedad española con
ocasión de circunstancias extraordinarias.
Dicha intervención —que debe
ser avalada y solicitada en el ámbito
político—, aunque limitada en tiempo
y forma, presenta cada vez más una
tendencia favorable en eventos que
superan ciertas capacidades civiles,
como las actuaciones ante los efectos
de la tormenta Filomena o la evacuación
de personal civil de Afganistán.
Para los casos que llevan asociado
el empleo de fuerzas militares, puede
considerarse que la conocida ley
de Newton tiene lugar normalmente
con ciertas demoras en la ejecución
de la respuesta en rangos de semanas
o días, sin desmerecer un valioso
periodo de afectación en término
de horas. Totalmente indeseables, en
cierto modo pueden considerarse inevitables
24 / Revista Ejército n.º 969 • diciembre 2021
por el determinado nivel de
autorización de empleo que concurre
y los factores inherentes que acontecen6.
Al mismo tiempo, la agilidad en
dicho trámite, tras una adecuada evaluación
de la situación, podría conducir
a una resolución del evento de forma
más eficaz y en plazos de tiempo
más reducidos, dado que la actuación
en estadios iniciales de sucesos produce
normalmente menores esfuerzos
en su resolución.
Los hechos acaecidos en 2002 y 2021
no fueron ajenos a este retardo en la
activación de unidades7, si bien en el
caso de Perejil la actuación militar estuvo
dirigida al más alto nivel derivado
por la evaluación estratégica del incidente8.
Ello produjo que España esperara
hasta una semana para contar
con el apoyo y el consenso de la Unión
Europea, la OTAN y la comunidad internacional.
En el caso de la crisis
fronteriza, este se mantuvo en el nivel
local, entre el Gobierno de la ciudad
autónoma, la Delegación de Gobierno
de España y la Comandancia General
de Ceuta (COMGECEU). Inicialmente
no pudo anticiparse la gravedad de lo
que estaba aconteciendo9.
En ambos casos, la aplicación de la
técnica what if para prever una diferente
resolución de los acontecimientos
encuentra de forma inmediata
una reducción de los recursos
empleados10 —incluso la ausencia de
empleo de la fuerza militar— y de posibles
consecuencias negativas que
se producen11. El empleo de fuerzas
militares conlleva además efectos no
tangibles nada desdeñables en términos
de alarma local, sensación de
pérdida de control por parte del estamento
civil, imagen pública interior/
exterior y diferente grado de eficacia
en la disuasión, aspectos que
también se modulan y configuran en
función de los plazos de intervención
efectiva.
No cabe duda de que la disponibilidad
de tiempo constituye un elemento
significativo en eventos que
precisamente se orientan hacia respuestas
inmediatas y en los que