Imprenta de Infantería (Sección de Cajas). Toledo, 1924
113
un nuevo pabellón, con dos plantas en el local que ocupaba
el 4.º Depósito de Sementales para instalar el taller de imprenta
y encuadernación, con el objeto de dar una formación
profesional a los huérfanos y, a la vez, disponer de otra
fuente de ingresos para la institución. A los huérfanos, de
ocho a quince años, se les enseñaría instrucción primaria,
agricultura, imprenta y (en cuantas partes se divide esta industria),
dibujo en sus aplicaciones a las artes, carpintería
y talla, ferretería, peritos electricistas y cuanto se estimase
de utilidad. Esta imprenta se fue modernizando, así en
1921contaba con dos nuevas máquinas de imprimir, y en
1936 imprimía los talonarios de recibos con objeto de que
los socios pudieran hacer efectivas sus cuotas.
En 1897, se trasladó a la ciudad de Toledo la sección de
varones del Colegio de María Cristina para huérfanos de
la Infantería y la imprenta, pero en la noche del 19 al 20 de
noviembre de 1901, un voraz incendio consumió en pocas
horas los talleres de imprenta y encuadernación, locales
de máquinas, salas de dibujo y gimnasio. Gracias a que se
recibió una indemnización de 11 744 pesetas y a que en el
fondo de la asociación habían acabado de ingresar una respetable
cantidad procedente de suscripciones del Ejército
de Cuba, se consiguieron levantar nuevos y amplios talleres
con más potentes y modernas máquinas de imprenta a
vapor, gas y electricidad, y las unidades se volcaron en sus
donativos al colegio. En 1902 se terminó de pagar la nueva
maquinaria adquirida para la Imprenta y se realizaron todas
las obras de acondicionamiento de sus locales.
En el año 1901 se creó una imprenta en el Cuartel de San
Carlos, «Colegio de Huérfanos de la Guerra» en Guadalajara,
que acogió a 48 alumnos. Se instaló en la planta
baja, y los primeros trabajos de la imprenta, realizados
como tareas de aprendizaje de los alumnos, consistieron
en minutas, estados y otros impresos para el uso particular
del colegio. Después abrieron sus puertas al mundo local
y comenzaron a imprimir lecciones para la Academia de
Ingenieros, para las escuelas de la ciudad, libros de idiomas,
bibliografías, reglamentos e incluso novelas. Los talleres
de imprenta, litografía y encuadernación servirían
como escuela de artes y oficios de los huérfanos y se explotarían
como una industria particular del mismo, en beneficio
de sus intereses. La imprenta se mantendría activa
hasta que, en 1936 con motivo de los daños de la Guerra
Civil, se cierra el «Colegio de Huérfanos de la Guerra».
La gestión de las imprentas de Huérfanos fue muy buena
y sucesivamente se les doto de los más modernos adelantos
en cuanto a material tipográfico, máquinas y motores,
convirtiendo las mismas en un gran establecimiento industrial
donde con gran rapidez y economía, se proporcionaría
cuantos impresos eran necesarios y cuantos trabajos tipográficos
se necesitasen, en condiciones tan buenas, por lo
menos, en cuanto a la confección, como las que podía ofrecer
la mejor imprenta particular. Trabajaban con los precios
más reducidos de España, con calidad competitiva y, especialmente
la de Toledo, contaba con una buena organización
industrial y con maquinaria moderna y sus obreros disfrutaban
de una actualizada organización social, con retiros
obreros dependientes de los años de servicio y jornales,
cobrando socorro de enfermedad y licencias con sueldo,
disponiendo de cooperativas de comestibles y prendas de
vestir, y participando en un cuatro por ciento de las ganancias.
En Toledo, durante la Guerra Civil, el edificio principal
del Colegio de Huérfanos en el antiguo hospital «San
Lázaro», se incendió, y en la parte que no había sufrido los
efectos del incendio se alojaron unidades, y al disolverse la
última, en las instalaciones del antiguo hospital, solo permaneció
la Imprenta de Huérfanos.
En 1923, la Asociación benéfica para el Patronato de Huérfanos
de Jefes y Oficiales de los Cuerpos de Intendencia y de
Intervención Militar, compra una casa sita en la calle Caracas
n.º 7 de Madrid, que estuvo destinada a ser fábrica de chocolates,
e instaló la imprenta del colegio de dicha Asociación.