citado monumento fuera sobrio para no restar protagonismo
al Arco de la Victoria y así se hizo. Este edificio requiere una
atenta mirada porque recoge las observaciones estilísticas
de la época. Además de los materiales empleados, como la
pizarra, el ladrillo y el granito, conviene fijarse bien en las in-numerables
Agencia Española de Cooperación Internacional. Ejemplo perfecto de la arquitectura oficial que resume las directrices marcadas por los intelectuales del régimen.
En este caso se trata de una construcción clásica de manual con sus pilastras, frontón y pináculos que copian el espíritu de la obra de Villanueva. Javier Leralta.
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cruces en relieve que decoran el muro posterior
y los finos trabajos de herrería de las ventanas en forma de
espadas y lanzas de justa. Todo muy imperial.
Junto con el CGEA, el monumento más sobresaliente del
lugar por su grandeza y simbolismo es el Arco de la Victoria,
también ubicado en un emplazamiento estratégico con fines
propagandísticos, haciendo de eje visual con el Monumento
a los Caídos. Ambas construcciones, por cierto, fueron aus-piciadas
y financiadas por la Ciudad Universitaria. Una curio-sidad:
si trazáramos una línea recta desde la rotonda de la
junta de Moncloa, pasando por el arco, alcanzaríamos la cruz
del Valle de los Caídos. Imposible encontrar mayor dominio
del sentimiento nacional del momento.
El Arco, de claros tintes herrerianos, fue levantado por los
arquitectos Modesto López Otero y Pascual Bravo Sanfeliú
entre 1949 y 1956, aunque había sido diseñado unos años
antes, en 1943. Sus objetivos fueron los de honrar y home-najear
a Franco como vencedor de la guerra y restaurador
de la Ciudad Universitaria, como indican las inscripciones la-tinas
del ático y los relieves alegóricos. Incluso se planteó la
posibilidad de colocar una estatua ecuestre del generalísimo
delante del monumento, idea finalmente desechada y trasla-dada
a la puerta del Ministerio de la Vivienda en 1959.
Y así fue como el Ministerio del Aire, que surgió con unos
objetivos muy marcados de funcionalidad y representatividad,
se convirtió en un referente para la reconstrucción de un barrio
arrasado por la guerra y de una ciudad que renacía de sus
cenizas. El proceso decorativo del entorno se completó en
1973 con la colocación del Monumento a las Víctimas de la
Aviación Militar Española en los jardines del paseo de Moret.
El conjunto escultórico recordaba al capitán de Infantería Ce-lestino
Bayo, primera víctima de la aviación española, muerto
en 1912 durante unas maniobras en el aeródromo de Cuatro
Vientos. La obra, inaugurada por Alfonso XIII en 1918, había
estado hasta ese momento en la plaza del Marqués de Ce-rralbo,
junto a la Montaña del Príncipe Pío. El conjunto original
se encuentra actualmente en el Museo de Aeronáutica y As-tronáutica
de Cuatro Vientos y en la lonja del CGEA se colocó
una réplica en 1995, inaugurada por el rey Juan Carlos I.
Últimos retoques del conjunto urbanístico de Moncloa una vez finalizadas las
obras del Arco de la Victoria y del Monumento a los Caídos, al fondo. El ár-bol
navideño de la explanada indica el momento de la instantánea. IPCE.
Arquitectura neobarroca y colonial del Museo de América e iglesia de San-to
Tomás de Aquino. Javier Leralta.
Cruces y rejas en forma de lanza en la parte trasera del antiguo Monumento
a los Caídos, actual Junta Municipal de Moncloa-Aravaca. Javier Leralta.