que la dehesa de Santa Quiteria estaba cedida a favor del
Ministerio de la Guerra desde el año 1903. Pero el alcalde
Sauquillo, que sin duda estaba al tanto de estas circunstan-cias,
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supo leer entre líneas y, el 2 de mayo firmó el escrito
de concesión de uso de la dehesa de Santa Quiteria para los
fines expresados por Kindelán.
Así las cosas, en el raid se inscribieron 20 pilotos más
ocho oficiales seleccionados por el ministro de la Guerra,
para seguir y tomar parte en la carrera hasta la frontera fran-co-
española. No todos los pilotos inscritos pudieron tomar
la salida, al precipitarse el aeroplano pilotado por el aviador
Emile-Louis Train sobre un grupo de personas, que regresa-ban
de observar de cerca algunos de los aparatos prepara-dos
en la línea de salida.
Después del accidente se pensó en suspender la carrera,
pero fue criterio del Consejo de Ministros que continuara.
Tras múltiples incidencias aterrizan en Ondarreta (San Se-bastián)
tres aparatos con sus pilotos Védrines, Garros y
Gibert, que habían superado diversas averías y dos aterri-zajes
de emergencia, el de Garros, en la carretera del Fuerte
de Guadalupe, y el de Gibert en Bayona, para reparar una
magneto. Aunque despegaron los tres de Ondarreta para
afrontar la última etapa, solamente Vedrines pudo continuar
hasta Madrid, eso sí, con aterrizaje de emergencia en Quin-tanapalla
(Burgos), para reparar dos averías que se habían
producido durante el vuelo, lo que conllevaba no poder ate-rrizar
en Madrid el día 25, como estaba previsto, sino un día
más tarde, el 26 de abril. Sin entrar en más detalles sobre la
carrera aérea deportiva, hay que mencionar que el triunfo de
Védrines fue un acontecimiento que dio la vuelta al mundo y
con él el nombre de Getafe.
Védrines volvió a Getafe al día siguiente para realizar un
vuelo sobre Madrid, en el que incluía varias pasadas por el
Palacio de Oriente, ante la atenta mirada de S.M. el rey y
de toda la familia Real. Después de este vuelo se dispuso a
desmontar el avión para que fuera trasladado a París, y una
vez que recibió los homenajes de asociaciones y entidades,
dispuso su regreso a la capital francesa.
Posteriormente, el 3 de junio, coincidiendo con las fiestas
de Getafe, se organizó otro festival, en este caso concurso.
Se anunciaba la presencia de los afamados pilotos Loygorri,
Farman, Mauvais, Sommers, Graells, Laforestier y Tyck. Ade-más
de los pilotos Laforestier, Bleriot y Tyck, que vendrían
volando desde Madrid.
El domingo día 4 por la mañana se iniciaron las pruebas.
La banda de Ingenieros tocaba marchas para alegrar el am-biente.
Las asistencias estaban preparadas. Y aproximada-mente
a las 10 de la mañana apareció sobre el Cerro de los
Ángeles la silueta del avión del piloto belga Tyck. El segundo
en intervenir fue Mauvais, ya conocido en Getafe por su
Carta de Kindelán al Ayuntamiento 1911.
Védrines aterrizando en Getafe.
Védrines, siendo felicitado por Alfonso XIII en Madrid.
Védrines tras bajar del avión.