Vista aérea general del aeródromo 1919. Vista General del Aeródromo en 1916.
La Escuela Nacional de Aviación fue inaugurada el 20 de
septiembre de 1913 y organizó su enseñanza en tres ámbi-tos:
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La formación de ingenieros aerotécnicos, la formación
de pilotos y la formación de obreros especialistas. Lo que
podríamos denominar «inauguración oficial» se produjo dos
meses más tarde, con motivo de la visita que Su Majestad el
rey Alfonso XIII realizó a la Escuela el día 19 de diciembre de
1915.
De nuevo las actividades aéreas de la ENA se suceden en
Getafe, ahora bajo la dirección de Luis Montesino Espar-tero,
marqués de Morella y prestigioso ingeniero industrial
por la Escuela Central de París, colaborador de Alexandre
Gustave Eiffel en diversos proyectos, y más tarde ingeniero
de la compañía de ferrocarriles «MZA», siendo el director y
proyectista de la estación de Zaragoza. El 14 de octubre de
1913, Montesino obtiene el primer título de piloto civil que se
concedía en la ENA.
Tras tres años en la dirección de la ENA en Getafe, ocupó
diversos cargos en empresas dedicadas a la construcción
de hidroaviones. El rey Alfonso XIII le concedió la línea postal
Tolousse-Casablanca en su tramo español, que Montesino
traspasó más tarde a su compañero de carrera en la Escuela
de ingeniería de París, M. Latecoere, quedando este como
único representante en España.
El día 2 de septiembre de 1913, el ministro Rafael Gasset
y Chinchilla visitó la ENA y se convirtió en el primer miembro
de un Gobierno de España que, junto a Manuel Menéndez,
sobrevoló la ciudad de Madrid y los alrededores de Getafe.
La Escuela recibe los fondos necesarios para la adquisición
de cuatro aviones «Deperdussin» dedicados a las tareas de
enseñanza.
En el mes de enero de 1914, Julio Adaro, piloto de la ENA,
despega con un «Deperdussin» para participar en un concur-so
convocado en Guadalajara, teniendo la mala fortuna que
el aparato capotó, por lo que no pudo actuar. Una vez repa-rado
el avión, se produjo el rumor, recogido por la prensa, de
que en el vuelo de regreso a Getafe el piloto iría acompañado
por una importante personalidad.
Con dicho motivo se preparó en la Escuela un festival para
recibir a Julio Adaro y a la personalidad que le acompañaría.
A la fiesta acude el nuevo ministro de Fomento, Francisco
José Ugarte y Pagés, junto a los profesores y alumnos de la
Escuela Militar de Cuatro Vientos.
El ministro visitó detenidamente la Escuela, interesándose
por sus actividades. La visita de Ugarte y la noticia difundida
sobre el viaje del propio presidente del Gobierno atrajo al
campo de Santa Quiteria a un gran número de personas. Sin
embargo, las crónicas de la época nos dicen que la visita del
ministro Ugarte no trajo buena suerte a la Escuela de Getafe.
Los actos comenzaron con el vuelo y aterrizaje del piloto
francés Mauvais, procedente de Cuatro Vientos. Sus pirue-tas,
pasadas y la perfecta toma de tierra llamaron la atención
del público. Algo más tarde sobrevoló el campo una escua-drilla
de aviones de la Escuela de Cuatro Vientos, realizando
atrevidas pasadas.
Por fin se vio la silueta familiar del avión de Adaro, popu-lar
en Getafe, sobre la ermita del Cerro de los Ángeles. Los
pilotos y alumnos siempre realizaban pasadas rodeando la
torre de la iglesia de la Magdalena y la Ermita de la Patrona
de Getafe. Pero en vez de traer a la «importante personali-dad
», quien acompañaba a Adaro era uno de los alumnos
de la ENA, el joven Ventura (Buenaventura de la Vega), hijo
del sainetero don Ricardo de la Vega, ambos muy conocidos
en Getafe. Esto ocurría en febrero de 1914 y, para el mes de
julio de 1914, estaba convocado un concurso aéreo en San-tander.
En este Concurso, como era lógico, los responsables
de la Escuela hicieron todo lo posible para participar, con el
fin de ganar popularidad y prestigio y así aumentar el número
de alumnos.
Del aeródromo de Getafe participaron los mejores pilotos
del momento, Salvador Hedilla y Julio Adaro. Salvador He-dilla,
despegó de Getafe pilotando su «Vendôme» francés,
con un tiempo espléndido, rumbo a la capital montañesa,
llegando a Burgos en perfectas condiciones. Hizo la escala
normal para abastecerse de combustible y descansar unas
horas. Al reanudar el viaje, al poco tiempo de dejar Burgos,
se encontró con una niebla cerrada que le complicó el vuelo.
Y haciendo honor a su suerte, tuvo que tomar tierra, yendo a
chocar contra unas lomas de Bercedo.
Junio1911 Benito Loygorri.