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como capas interiores o exteriores. Una buena estanqueidad
permitía mantener el globo lleno durante varios días como
normalmente necesitaba la A.M.
Posteriormente la compañía francesa «Établissement Sur-couf
» introduciría las telas cauchutadas.
La envoltura, o sea el globo propiamente dicho, tenía una
abertura en su parte inferior, que a veces se llevaba constan-temente
abierta, y otra abertura en la parte superior hermé-ticamente
cerrada, con una válvula que se abría tirando de
una cuerda cuando era necesario soltar gases para reducir
presión o fuerza ascensional. La presión de llenado se calcu-laba
en función de la fuerza ascensional que se quisiera con-seguir
y el tiempo que se pretendía estar en el aire.
El hemisferio superior del globo estaba cubierto por una
red de cuerdas (tratadas hidrófugamente con caucho) de
grandes mallas, que por una parte aumentaba la resistencia
de la envoltura, y por otra, servía para la suspensión de la
barquilla que normalmente estaba hecha de mimbre.
La A.M. utilizaba como gas el hidrógeno, con mayor fuer-za
ascensional. También se usaba en aerostación el gas de
alumbrado (igualmente inflamable) con la mitad de fuerza
ascensional que aquél o el amoníaco (de similar densidad al
gas de alumbrado, no inflamable pero corrosivo). El más sen-cillo
y barato de obtener era el gas de alumbrado que podía
adquirirse en las mismas fábricas que lo suministraban para
iluminar las calles.
Los procedimientos de obtención del hidrógeno, se cla-sifican:
en forma húmeda (descomposición del agua por la
acción combinada del ácido sulfúrico y del hierro o del zinc)
y de forma seca (haciendo pasar una corriente de vapor de
agua por carbón al rojo o limaduras de hierro al rojo para que
se desprenda el hidrógeno).
Por ser el sistema Yon27 el primero que utilizó la A.M. lo
describo someramente ampliando la idea del procedimiento
de obtención en forma húmeda28.
El tren Yon (en el sentido que entonces se usaba: conjunto
de carromatos o armones) se basaba en el método Yon para
obtener hidróge-no
por procedi-miento
húmedo
y es indudable-mente
el más re-comendable
por
su sencillez y
economía pues
el ácido sulfú-rico
es barato y
fácil de adquirir
y reacciona con
el hierro o el zinc
desprendiendo
hidrógeno.
El tren Yon
para la produc-ción
continua
de hidrógeno
de forma con-tinua
y rápida
es un conjunto
compuesto por
el generador de
hidrógeno, el tor-no
de vapor para
maniobrar el ca-ble
de sujeción
y el material ae-rostático
propia-mente
dicho que
se transporta en
un tercer carro.
Es en el carro del generador de gas donde se mezclarían
el agua, el sulfúrico y las virutas de hierro. También incluye
el secador del gas. Es un conjunto macizo de hierro, cobre,
plomo y caucho con un peso de 2.600 kg.
El segundo carro llevaba las poleas para la cuerda de
izado y recogida con una máquina de vapor que realizaría la
fuerza para esta última operación, en conjunto el peso era de
2.500 kg.
El tercer carro transportaría el globo, mallas y cuerdas con
un peso de 2.000 kg.
El tren completo era arrastrado por mulas. Como escribe
Jaime de Montoto en su libro «Precursores»29 para la cam-paña
de Melilla de 1909 se llevaron 62 mulas y 12 carruajes
para tres globos cautivos y un tren de aerostación.
Finalmente describo los globos de aire caliente que se
fabricaban con tela cubierta con hojas de papel encolado
o enlucido con una capa de pintura. Llevaban un hornillo
encendido para conservar la alta temperatura del aire y por
temor a que se incendiaran o al menos se inutilizaran por
las altas temperaturas, se solían usar telas incombustibles y
aparatos de calefacción o estufas especiales que mitigaban
este peligro.
Se han descrito muchas mejoras sobre aquellos globos
originales de finales del XVIII, pero lo más importante es el
patrimonio inmaterial, lo que a finales del XIX se sabe de
los gases, de la atmósfera. La sistematización realizada por
los ingenieros mediante cálculos difíciles donde interviene
la ley de la gravedad con la distancia al centro de la tierra,
las presiones, las temperaturas, los aumentos de volúmenes
por el sol que calienta directamente el globo que contiene
los gases y además, todos estos cálculos los han llevado
a infinidad de tablas que relacionan desde densidades con
temperaturas hasta anchuras de los husos con el volumen de
los globos.
Fernández Duro en la barquilla del «Alcotán» dan-do
orden de soltar las amarras para la elevación en
los campos del gas. GRAN VIDA de enero 1905.
Inauguración del Real Aeroclub. Dibujo de de la fiesta. M. Pedrero publi-cada
en LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA.
Faltaba mucho para llegar a la situación actual, pasando
por el incendio del Hindenburg para considerar al hidrógeno
realmente peligroso y preferirse el helio, un gas más estable;
que se inventaran los magníficos quemadores actuales de al-to
rendimiento, las nuevas telas ignifugas, ligeras y resisten-tes.
Pero ya tenían herramientas para explorar la atmósfera y
aplicar la aerostación en meteorología, observar los eclipses
desde el cielo sin contaminación, aprovechar la fotografía aé-rea
en agrimensura, buscar un traje espacial, etc.
Ascensión de la reina regente
Al poco tiempo de recibir el primer globo en el Batallón de
Telégrafos, comenzaron a hacer prácticas de inflado en la
Casa de Campo (que entonces era patrimonio de la Familia
Real), concretamente junto al estanque de patinar30 de donde