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192 JOSÉ MIGUEL PALACIOS CORONEL
incluso de que pudiera empezar la fase escolar del primer Curso Selectivo.
Además, el reformismo militar característico del franquismo tardío se extinguiría
rápidamente tras el asesinato del almirante Carrero Blanco (diciembre
de 1973) y el cese del General Díez Alegría como Jefe del Alto Estado Mayor
(junio de 1974). En el periodo de elevada incertidumbre que se abrió a
continuación, el mantenimiento de la cohesión interna pasó a ser la primera
prioridad97 y muchos militares buscaron la seguridad en el rechazo de los
cambios o, al menos, en la desconfianza ante ellos. Hay que añadir a esto los
efectos de la durísima crisis económica que comenzaría en 1974, una crisis
que hizo que el despliegue y desarrollo del Plan 1973 tuvieran lugar en un
contexto de limitadas posibilidades presupuestarias.
Una causa evidente de muchos de los problemas con los que tropezó
el Plan 1973 fue la falta de preparación del órgano, la Academia General
Militar, que estaba principalmente encargado de ponerlo en práctica. Un
plan que pretendía avanzar en la profesionalización del cuerpo de oficiales
mediante la ampliación y profundización de sus conocimientos tuvo que
ser ejecutado por un centro de enseñanza que había sido creado para formar
a hombres de carácter, educados en las virtudes militares tradicionales. Y,
como cabía esperar, este esquema no funcionó bien. Su aplicación exitosa
requería un cambio en la cultura profesional de la Academia General Militar,
un cambio que, quizá por falta de tiempo, no llegó a producirse. O no
llegó a producirse en suficiente medida.
La Academia General Militar había sido restablecida en 1927 con el
objetivo de formar oficiales con elevadas cualidades morales, de acuerdo
con el modelo de “militar heroico” (el “heroic fighter” de Morris Janowitz)
en el que sus fundadores creían. En palabras de Puell de la Villa, “pretendió
atender básicamente a la formación moral de la oficialidad, configurando el
‘alma colectiva’ de la corporación militar”98. Eran los años veinte del siglo
pasado y este debate sobre la importancia relativa del material y del hombre
no fue exclusivo de España, sino que se desarrolló simultáneamente en
países tan diferentes como Francia, Alemania o la Unión Soviética. En la
solución que en aquellos años triunfó en España (y no solo en España) las
cualidades morales del militar recibían una atención prioritaria.
97 En una entrevista concedida a la revista Reconquista y publicada en noviembre de 1978,
el entonces Ministro de Defensa, Teniente General Gutiérrez Mellado, a la pregunta
de cuáles habían sido sus peores momentos desde que ocupaba el cargo respondió que
“aquellos en los que, por unas u otras razones, se ha puesto en peligro la unidad del Ejército
y se ha incitado a su división”. Ver GUTIÉRREZ MELLADO, Manuel: “Una visión
de conjunto”. Transcripción de la entrevista concedida a la periodista María Mérida,
publicada en la revista Reconquista, nº 343, noviembre de 1978.
98 PUELL DE LA VILLA, Op. Cit. P. 58.
Revista de Historia Militar, 128 (2020), pp. 192-198. ISSN: 0482-5748