62 JESÚS CANTERA MONTENEGRO
militar Manuel Walls y Bertrán de Lis y, aunque es bastante posterior a la
cronología que venimos analizando, es un claro exponente de una tipología
de acuartelamientos semipermanentes que estuvo bastante generalizada por
toda la América hispana, pues la construcción en madera no tenía ni la solidez
ni la larga vida que sí podían tener los de construcción de fábrica de
piedra o ladrillo en sus diversas técnicas.
La historia comenzó cuando a mediados de febrero de ese mismo año,
el ingeniero comenzó la construcción de un barracón para una compañía de
Infantería siguiendo el modelo de los que se construían en la isla de Cuba. El
lugar elegido estaba situado a la izquierda de la carretera de Río-Piedras,
antes del trincherón que forma la tercera línea avanzada, dista de la puerta
de Santiago 965 metros y 500 del punto más saliente del camino cubierto
del fuerte del Abanico, de modo que se encuentra fuera de la primera línea
en que se considera dividida la polémica, dentro de la cual no debe existir
construcción alguna y por la naturaleza de la que se trata reúne condiciones
de las que se autorizan dentro de la segunda zona.
Al ser un edificio de madera, fácilmente destruible, no planteaba problemas
de seguridad al quedar en la segunda zona del perímetro defensivo
de la ciudad. Pero ocurrió que, una vez que había sido comenzada la
construcción del barracón, el ingeniero recibió una nueva orden por la que
debería construir otros dos barracones más en el mismo lugar, conformando
los tres, parte de un cuartel para un batallón de Infantería que se compondría
de seis u ocho barracones para alojamiento de la tropa y las dependencias
necesarias para el acuartelamiento.
La memoria del proyecto es muy minuciosa en el relato de los detalles,
pero aquí nos contentaremos con indicar los aspectos generales que
describen las condiciones del cuartel. Así, cabe decir que los barracones
para la tropa tendrían unas dimensiones de 39 x 17,5 metros, con el eje más
largo orientado prácticamente en dirección norte sur para recibir de cara la
brisa frente al fuerte calor ambiental, formando el conjunto dos líneas de
barracones separadas por una calle de 10 metros. Las calles transversales
tendrían también 10 metros, salvo la central que, al preverse con más tránsito,
se le daban 16 metros, si bien es verdad que en el plano figura con 10 metros.
Al sur del conjunto de los barracones de tropa, se instalaron otros dos,
de 24 x 17,5 metros, dispuestos en sentido transversal a ellos y destinados a
dependencias; el oriental, que figura con el número 9 en el plano, alojaría el
cuerpo de guardia del oficial, una habitación para el jefe de cuartel así como
conocimiento que esta investigadora tiene sobre la actuación de los ingenieros militares
en la isla de Puerto Rico.
Revista de Historia Militar, 128 (2020), pp. 62-70. ISSN: 0482-5748