122 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ
sistema de reclutamiento específico de La Legión, impidiendo de esa manera
el alistamiento de personal extranjero, y estableciendo que aquellos
legionarios que no llevaran más de ocho años de servicio, no tenían garantizada
su permanencia hasta la edad de retiro. Además la figura del voluntario
especial que venía a sustituir a los antiguos legionarios, que firmaban un
compromiso inicial de dieciocho meses, prorrogables exclusivamente hasta
los seis años, no había dado los frutos esperados.
En cuanto al encuadramiento de la tropa profesional, el mayor porcentaje
de personal profesional de La Legión procedía del antiguo sistema
de reclutamiento, pero se encontraba distribuido entre los cuatro Tercios.
Además, las unidades de La Legión tenían una variada dependencia orgánica,
con el Mando de La Legión y el Tercio Alejandro Farnesio 4º de La
Legión, dependientes de la recién creada Fuerza de Acción Rápida (enero de
1992); el Tercio Gran Capitán 1º de La Legión, dependiente de la Comandancia
General de Melilla; el Tercio Duque de Alba 2º de La Legión, dependiente
de la Comandancia General de Ceuta y el Tercio D. Juan de Austria
3º de La Legión, dependiente del Mando de Canarias.
En lo que se refiere a unidades de apoyo, La Legión en ese momento
estaba exclusivamente compuesta por unidades de Infantería, y carecía de
unidades de las otras armas que le pudieran proporcionar las capacidades
necesarias en funciones de combate esenciales tales como mando y control,
comunicaciones, zapadores o logística.
Por todo ello, se decidió constituir un contingente heterogéneo en
base a unidades de los Tercios 1º, 2º, 3º y 4º, con refuerzo de unidades de la
Brigada Paracaidista y de diversos regimientos de transmisiones y unidades
logísticas. Quizás este aspecto fuese uno de los mayores retos a que tuvo que
hacer frente la generación del contingente para lograr la adecuada cohesión
indispensable para el cumplimiento de cualquier tipo de misión y especialmente
la primera que se afrontaba. El 9 de septiembre se concentraban en la
base militar “Álvarez de Sotomayor” las unidades que iban a formar parte
de la AGT, tal y como recuerda su jefe el entonces coronel Zorzo:
«Estando todavía en la fase de concentración en Almería, en esa dura
fase, fue cuando mi General Jefe de la recién creada FAR, el General Muñoz
Grandes, me preguntó durante un paseo en una charla íntima:
- Javier, ¿tú crees que los legionarios lo van a hacer bien?
Yo le contesté:
- Mi General, son legionarios, y tú sabes de sobra como son y como
lo hacen».4
4 TOGORES SÁNCHEZ, Luis Eugenio: Historia de La Legión Española. La Infantería
legendaria de África a Afganistán. La esfera de los libros. Madrid, 2016.
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 122-164. ISSN: 0482-5748