132 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ
El anunciado derrumbe ocurrió a primeros de 1997. Albania afrontaba
un abismo económico que hacía presagiar lo peor.
Viendo lo que se acercaba, la Unión Europea y el Consejo de Europa
decidieron intervenir, pero ya era tarde. A principios de marzo estalló una
rebelión popular que dio al traste con las últimas esperanzas.
Las masas populares se adueñaron de la calle y, ante la pasividad de
las fuerzas de seguridad, asaltaron las comisarías, los cuarteles y los polvorines
y las armas comenzaron a circular libremente.
El gobierno, impotente para hacerse con la situación, cedió el control
del país a los revoltosos, al tiempo que pedía ayuda a la Comunidad Europea
para salvar lo que quedaba de las estructuras políticas, sociales y económicas
del país.
Ante el cariz de los acontecimientos y dada la avalancha de refugiados
que arribaba a sus costas, Italia se planteó el envío de una fuerza de
protección y de ayuda humanitaria.
A partir de la constatación internacional de que la crisis humanitaria
constituía una amenaza para la paz y seguridad de la zona, el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas aprobó el 28 de marzo el envío de una fuerza
internacional de protección, liderada por Italia, para controlar la llegada y
distribución de la ayuda humanitaria y para restablecer la situación. La fuerza
estaría compuesta por un total de 2.500 efectivos.
El Gobierno español aprobó el 4 de abril la participación de un contingente
compuesto por 300 efectivos de La Legión, que desembarcaría en
el puerto de Durres, en el norte de Albania.
Ello motivó la organización y despliegue del GT “Serranía de Ronda”,
en base a la X Bandera de La Legión, al mando del teniente coronel
Alonso Marcili y reforzado por zapadores y personal y medios de transmisiones
de la Brigada de La Legión (BRILEG).
Los buques de la Armada, Hernán Cortés y Aragón, fueron los encargados
de transportar el grueso de la fuerza compuesta finalmente por 325
militares y un centenar de vehículos, de ellos 45 BMR, zarpando de Málaga
el 9 de abril, para llegar al puerto italiano de Brindisi tres días después.
Como componente de la Fuerza Internacional de Protección, las misiones
que se le encomendaron estaban relacionadas con la entrega de ayuda
humanitaria y la protección y seguridad de la Comisión Internacional para
Albania, así como de los miembros de la OSCE que formaban parte de la
misión de esta organización encargados de supervisar el normal desarrollo
del proceso electoral.
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 132-164. ISSN: 0482-5748