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LA LEGIÓN, HISTORIA DE UNA ORGANIZACIÓN PARA EL COMBATE 29
El viejo dicho “el fuego es la locura, la bayoneta la cordura” va ir
quedando en desuso. Se irán abandonando los despliegues rígidos, lineales,
en “guerrillas” de toda la sección o compañía, que no hacían más que exponer
innecesariamente a muchos hombres y por ende aumentar las bajas. A
medida que el ejército, y sobre todo sus oficiales de maniobra, son capaces
de poner en el campo de batalla “diversas infanterías” basadas inicialmente
en voluntarios indígenas con distintos grados de cohesión, Policía Indígena
y Regulares, el aspecto de los combates va a ir cambiando y se van “aprendiendo
maneras”.
La importancia de la bayoneta en manos de “peninsulares” se va a
mantener pero su empleo será diferente, se abandonará la carga frontal masiva,
para emplearse en los últimos momentos del avance, aprovechando el
terreno y cerrando sobre el enemigo, buscando la destrucción del mismo
para evitar que este pueda seguir con sus continuos repliegues y fuegos,
procedimiento que ocasionaba numerosas bajas.
En 1914, con numerosas iniciativas y disposiciones para la organización
de unidades de voluntarios europeos, se empieza a avanzar en un largo
proceso de 6 años que terminará por eclosionar en una organización de combate,
con unas unidades de voluntarios que elevarán el prestigio del ejército
a los tiempos de los “Tercios”, cuya disponibilidad de empleo y proyección
serán recogidas hasta en el nombre, y cuyo ideario moral será la base para
modelar el alma de los nuevos voluntarios.
A medida que se fueron organizando y entrando en acción en Marruecos
las nuevas unidades nativas, y que ciertas unidades europeas conseguían
la patina de la permanencia,23 sus cuadros de mando adquirieron el conocimiento
del tipo de combate, “el saber manera”, y fueron abandonando la
rigidez de los reglamentos tácticos para volver a buscar la mezcla típica de
la “Infantería de la nación Española”, capaz de formar tanto en “escuadrón
en batalla”, como de hacer la “guerra guerreada” que llevó al pináculo de
la eficacia al ejército español, sobre la base táctica de las compañías/banderas24
que se encuadraban en los Tercios. En organización los nombres
tienen su significado, y la palabra “Tercio” se ha usado siempre en todos los
“Ejércitos Españoles” para designar unidades cuya estructura, reclutamiento
o procedimientos de empleo, eran distintos de las unidades regulares.
23 Las unidades empezarían ya a establecer sus propios depósitos de reclutas. Tal es el
caso de los Regimientos de San Fernando, Ceriñola, Melilla y África en 1911. AGMM
carpeta 1, año 1911, Legajo 77.
24 Los Tercios eran unidades de justicia, encuadramiento y administración, pero
combatían con sus “compañías/banderas”.
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 29-46. ISSN: 0482-5748