de La Legión y muestra la necesidad de la creación de una unidad, diferente
a las existentes hasta ese momento, para ser empleada en la Guerra de
África. Afirma que los sucesos del Barranco del Lobo del 27 julio de 1909,
muy cerca de Melilla y sobretodo la agitación social que culminó en la Semana
Trágica de ese mismo año, fueron los detonantes para buscar nuevos
procedimientos tendentes a poder disponer de personal de recluta no obligatoria
y evitar movilizaciones apresuradas. El número de bajas de personal
de reemplazo en África era enorme y la sensibilidad nacional que produjo
este hecho, fue lo que llevó a los sucesos sociales que volvieron a acaecer
en algunas partes de España en 1919 y que hicieron necesario la creación de
una unidad de voluntarios, que sería el “Tercio de Extranjeros”.
El coronel Juan Salafranca, en su artículo “La Formación de Mandos
de La Legión”, hace un recorrido histórico por todas las etapas de la
vida centenaria de La Legión y los diversos modos en que se formaba a
los cuadros de mando de la misma. La eficaz propaganda inicial decía a la
tropa “Podréis llegar a capitanes en las filas de La Legión”. Salvo la etapa
inicial, como es lógico, La Legión muy pronto se auto alimentó de cuadros
de mando que salían de entre sus clases de tropa, inicialmente se nombraron
de forma interina y, de la misma forma, se podía deponer del empleo nombrado.
Toda la tropa, los suboficiales excepto los especialistas, y una gran
parte de la oficialidad pertenecían a la “Escala Legionaria”, escala cerrada
solo para personal legionario. Se comenzaron a formar con cursos en la
propia unidad hasta la creación de la Academia de Formación de Mandos
Legionarios (AFML) que tuvo una corta existencia de ocho años, impartió
cursos de Sargento, Brigada, Teniente, Capitán y uno incluso de Comandante
legionario y que se ubicó en Ronda y posteriormente en Málaga. Nos
cuenta la “traumática” desaparición de la Escala Legionaria y la integración
de sus mandos en las escalas de oficiales y suboficiales.
El Tercio de Extranjeros se fundó por la necesidad que España tenía
de contar con una unidad militar para combatir en Marruecos, del tipo colonial,
como tenían otras naciones europeas, especialmente Francia. Su razón
de ser, recogida magistralmente en el Credo Legionario, es el combate.
El artículo “La Legión en Campaña”, escrito por el general de brigada
Salvador Fontenla, hace un recorrido por las diversas campañas en las que
ha participado La Legión. Al no ser esta, en su conjunto, una unidad táctica
de combate, sino que lo han sido sus banderas (unidades tipo batallón), que
actuaban bajo mando, organizaciones operativas y escenarios diferentes, el
relato histórico de sus vicisitudes en campaña obliga a hacerlo a través de
estas unidades. Así, nos relata la participación de las banderas en la Guerra