![](./pubData/source/images/pages/page128.jpg)
126 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ
En este clima de violencia generalizada, a la AGT Málaga la sustituyó
la AGT Canarias, al mando del Coronel Morales Díaz-Otero, comenzando
el relevo el 20 de abril de 1993.
Si bien el conflicto entre serbios y croatas se había estabilizado,
los antiguos aliados croatas y musulmanes comenzaron una confrontación
interna que dejó centenares de muertos y múltiples acciones de castigo
contra la población civil, siendo el epicentro de las operaciones la ciudad
de Mostar, en el AOR de la AGT española, que fue objeto de constantes
intercambios de sangrientos bombardeos entre unos y otros.
La ciudad quedó definitivamente dividida en dos, con la línea de
confrontación fijada en el Bulevar, donde ambos bandos se atrincheraron
constituyendo una red de túneles y galerías que llevaban a reductos fuertemente
fortificados, desde los que grupos de contendientes se hostigaban
día y noche.
La difícil situación de los legionarios españoles se vio tachonada de
hechos y actitudes heroicas, entre las que podemos destacar la actuación de
la sección mandada por el teniente Monterde, del 4º Tercio de La Legión:
Cuando se desplazaba al mando de su sección realizando un patrulla
al norte del destacamento de Jablanica, se topó de golpe con un grupo de
croatas, entre los que se encontraba personal armado, que huían de su
pueblo, Radesine, que había sido atacado, arrasado y quemado la noche
anterior por un grupo armado musulmán, con fama de especialmente violento
denominado Los Cisnes Negros, y que ahora les perseguían. Eran
aproximadamente unas 200 personas, entre
las que se encontraban ancianos, mujeres
y niños, supervivientes de la matanza en su
pueblo y que al ver a los cascos azules, arrojaron
las pocas armas que tenían y se metieron
bajo los BMR de la sección, suplicando
el amparo de los españoles. Apenas minutos
después, los Cisnes Negros se presentaron
en la zona, con actitud amenazante, apuntando
sus armas contra los civiles y los
componentes de la sección, reclamando al
teniente la entrega de los que consideraban
prisioneros de guerra. El teniente tras informar
de la situación al puesto de mando de
la Agrupación, se acercó a los musulmanes,
para enfriar los ánimos y tratar de rebajar
Teniente D. Arturo
Muñoz Castellanos
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 126-164. ISSN: 0482-5748