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El desencadenamiento de la Gran Guerra tuvo repercusiones en todos
los niveles relacionados con la Campaña Marroquí en el Protectorado. Así,
en los niveles superiores político y estratégico, las operaciones se diluyeron
o retrasaron y en el nivel operativo las acciones absorbieron las nuevas
tácticas, medios y procedimientos empleados en los campos europeos y del
Medio Oriente.
De este modo, como en Francia y en Flandes, se van a imponer la ametralladora25
y la fortificación en blocaos, primero en posiciones aisladas y
posteriormente en grandes campamentos, constituidos no sólo para frenar a
los rebeldes sino para irradiar la potencia ofensiva de las nuevas “columnas”.
Estas columnas también variaron, desde las iniciales hasta 1as empleadas desde
1920, integrando en ellas distintas clases de “unidades de infantería”, de
las menos cohesionadas/más ligeras, harcas/policía, pasando a unidades de
regulares y finalizando con unidades de europeos, para formar los grupos /
destacamentos de asalto, dotados de abundantes armas de apoyo. A todos estos
elementos de maniobra se les sumarían, caballería, elementos de apoyo de
fuego, terrestres y navales, blindados, apoyo de combate y aviación.
Otra gran diferencia, que hubo entre las primeras campañas y las que
se van a ir desarrollando con posterioridad, es el conocimiento sociológico
y de la psicología individual que el ejército Español, primero a través de sus
oficiales, después con “sus voluntarios nativos” y finalmente con sus “unidades
de voluntarios”, fue adquiriendo de lo indígena, de su manera de vivir,
combatir y también de morir. Esto fue esencial en la zona para conseguir la
integración de la población, única manera de conseguir el cumplimiento de la
misión dada a España y que el poder político casi encomendó al ejército en la
realidad. El conocimiento del ambiente del conflicto era la esencia de la victoria,
y ella llegaría cuando los “núcleos duros de la fuerza de operaciones”,
en todos sus escalones, conocieran las maneras del oponente. Las acciones
pasaron de pura conquista a acciones de influencia y dominio.
De lo anterior, es fruto la reorganización de las fuerzas que actúan
en el territorio por orden de 23 de agosto de 1916, del General en Jefe del
ejército de África, donde destaca la importancia de la flexibilidad, dando
carta plena al término operativo de “columna” como agrupamiento táctico
principal. Se distinguían dos clases de columnas; una que podíamos llamar
25 La evolución de las unidades de ametralladoras se daría al compás de la Guerra en
Europa, pasando de los “Grupos”, en 1916, a la compañía de ametralladoras por
regimiento y, en 1919, a la compañía por batallón de 6/4 compañías. En Regulares y
Caballería la asignación de ametralladoras sería posterior, las primeras asignaciones
de ametralladoras a la Guarnición de Melilla y batallones de cazadores. AGMM,
Ponencia África, carpeta 18, legajo 98, 1912.
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 30-46. ISSN: 0482-5748