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140 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ
El entorno operativo en el que habría de iniciarse la misión parecía
estar escogido especialmente para La Legión. La ciudad recibió a las unidades
legionarias con temperaturas que oscilaban entre los 45 y los 60º C. La
población civil se manifestaba abiertamente hostil a la ocupación de lo que
consideraban ejércitos extranjeros, a los que culpaban claramente de las pésimas
condiciones de vida y a la falta de luz y agua que padecían inmediatamente
finalizada la guerra. La zona de despliegue, con mayoría de población
chií, era las más radical y peligrosa, en la que campaban a sus anchas, antes
de la llegada de los legionarios, las milicias controladas por clérigos, entre
las que destacaba la del ayatolá Muqtada al Sadr, que apenas iniciado el despliegue
comenzaron a hostigar a las fuerzas españolas con fuegos nocturnos
de morteros y de armas automáticas y contra carro.
Para su control, la brigada se desplegó en las localidades de Nayaf
y Diwanija, en esta última, y fiel a la tradición legionaria de construir sus
propios acuartelamientos, se construyó Base España, fortificándose los puntos
más sensibles, con técnicas muy semejantes a las empleadas en la construcción
de blocaos, tradicionales fortificaciones de la época fundacional en
Marruecos, en la que los Legionarios, una vez más fieles al cumplimiento
de los espíritus de su Credo, trabajaron sin descanso hasta conseguir unas
condiciones de seguridad más que aceptables.
Espíritu de sufrimiento y dureza: «No se quejará de fatiga, ni de dolor,
ni de hambre, ni de sed ni de sueño, hará todos los trabajos, cavará,
arrastrará cañones, carros, estará destacado, hará convoyes, trabajará en
lo que le manden».
Los constantes ataques de la insurgencia pusieron claramente de manifiesto
desde el principio, que en aquella misión habría que cumplir cometidos
más allá de la ayuda humanitaria: El día 19 de agosto era asesinado
el capitán de navío Martín-Oar, encargado de la coordinación de la distribución
de la ayuda humanitaria y de misiones de enlace con la ONU y las
ONG que operaban en Irak.
A principios de septiembre comenzaron las misiones en el exterior
de las bases, mediante la realización de patrullas mixtas de legionarios con
marines norteamericanos; a medida que se iba dominando la situación estas
patrullas comenzaron a alternarse con otro tipo de cometidos tales como
seguridad de puntos sensibles, escoltas de convoyes, requisa de armas, distribución
de ayuda humanitaria o reparación de infraestructuras, o las más
novedosas como la de formación de un batallón iraquí de defensa civil, mezcla
entre la Guardia Civil española y la Guardia Nacional Norteamericana,
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 140-164. ISSN: 0482-5748