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LA FORMACIÓN DE MANDOS EN LA LEGIÓN 57
Quien mandó La Legión durante toda la guerra, D. Juan Yagüe Blanco,
empezó como teniente coronel y acabó como general, pero entre uno y otro
empleo estuvo habilitado tanto para coronel, como para general de brigada. El
mando de La Legión lo simultaneó con el de columnas y grandes unidades.
La Legión suponía un atractivo para los alféreces provisionales, gente
en general joven e idealista que veía en la unidad el mejor marco para las hazañas
de que se consideraban capaces, aunque muchos las rubricaron con sus
vidas. Una considerable parte de las medallas militares individuales ganadas
por La Legión durante aquella guerra lo fueron por oficiales provisionales,
algunos por partida doble, como el alférez Andújar que, pese a pertenecer al
arma de caballería las obtendría en la V Bandera. Otro oficial provisional, el
alférez Juan José Orozco Massieu, obtuvo la mayor recompensa que se puede
alcanzar en el ejército español, la Cruz Laureada de San Fernando.
Las condiciones para llegar a ser alférez provisional eran: ser suboficiales,
clases o soldados o individuos de las milicias militarizadas, presentes en
filas, tener un título académico oficial, como mínimo de bachiller, tener veinte
años cumplidos y menos de treinta y aptitud física adecuada. Debían aprobar
un curso de aptitud que en principio fue de quince días, con enseñanzas eminentemente
prácticas y relacionadas con el mando de sección en campaña.
Para la formación de estos alféreces se organizaron, en principio, academias
en Burgos y Sevilla, si bien las necesidades de la campaña pronto
hicieron ampliar el número de academias, incluida una en Riffien, aquel
cuartel modelo de La Legión.
En cuanto a los suboficiales, aunque de forma similar a los alféreces,
se creó el título de Sargento Provisional, La Legión siguió teniendo su propia
escala de suboficiales y la mayoría de los ascensos lo fueron por méritos
de guerra. Las clases de tropa, casi en su totalidad, ascendieron por méritos
o selección entre los más idóneos para el mando.
Como ya se anticipó al hablar de los empleos de la escala legionaria
de Oficiales, el Decreto del Gobierno del Estado nº 158 de 4 de enero de
1937, amplía éstos al de comandante y curiosamente vuelve a hablar del
Tercio de Extranjeros, denominación que había desaparecido en 1925. En
el mismo Boletín Oficial del Estado, se concede este empleo al capitán del
Tercio D. Carlos Tiede Zeden, que figuraba también entre los primeros que
alcanzaron el empleo de alférez. Tres días después de su ascenso murió en
el hospital militar de Salamanca a consecuencia de las heridas recibidas
mandando la V Bandera.
Además de los conocimientos necesarios para los distintos empleos,
la existencia de la Bandera Legionaria de Carros de Combate, obligó a la
preparación técnica y táctica de los oficiales, suboficiales y tropa destinados
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 57-72. ISSN: 0482-5748