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PRIMEROS AÑOS DE FRANCISCO DE TOVAR COMO ALCAIDE Y … 117
je emprendiese una campaña en el mes de junio para desalojar del poder a
Mulay Ḥasān y, de producirse, pondría en evidente riesgo a la fortaleza. En
la Goleta quedaban pocos soldados aunque se desconocía su número exacto
por no haberse realizado un recuento de efectivos en aquella difícil coyuntura.
Por todo ello, era necesario atajar el motín cuanto antes, trayendo nuevos
soldados. Y si antes pensaba que 500 eran los adecuados, ahora creía que
debía elevarse esta cantidad hasta 800 los cuales, sumados a los cerca de 200
que vinieron con él, harían una fuerza de 1000 hombres aproximadamente,
número recomendado por el emperador para este presidio. Es decir, Tovar
proponía la renovación completa de la guarnición de la Goleta, y en especial
rogaba encarecidamente al monarca que ordenase a Hernando de Gonzaga,
virrey de Sicilia, cumplir sus compromisos, pues en tres ocasiones le había
escrito para pedirle dinero y hombres sin obtener respuesta alguna.
La firma de la Tregua de Niza, suscrita el 18 de junio de 1538 entre
Carlos V y Francisco I, que ponía fin al enfrentamiento galo-español en Italia,
permitió realizar una nueva distribución de tropas en esa zona militar72.
Y así, desde Barcelona, a finales de julio de 1538, tras leer las cartas recibidas
de Tovar de 9, 24 y 25 de ese mes, el emperador ordenaba el traslado
de 800 soldados que estaban “en la frontera de Perpiñan … y se truxesen
a estos Reynos los que estavan en dicha fortaleza”, con lo cual satisfacía
la petición de Tovar y la segunda de las reivindicaciones principales de los
amotinados73. Al mismo tiempo, el emperador dio instrucciones a Francés
de Álava, Capitán General de Artillería, para que embarcasen los soldados
y nombrase dos capitanes, Mondragón y Salcedo, que los condujesen a la
Goleta. Y mantuvo también el compromiso de no castigar a los amotinados,
respetando así los acuerdos alcanzados por Mendoza y Tovar con los insurrectos,
aunque estaba convencido de que merecían penas severas ya que sus
demandas no respondían a una causa justa. Es más, tampoco tomó medida
alguna contra los “soldados que uinieron en el vergantin” en representación
de los sublevados, a los cuales se trató con corrección y se les facilitó luego
su regreso a la Goleta. Es decir, por decisión real, se permitíó abandonar la
fortaleza a la antigua guarnición y solo se les penalizó a ser “ynhauilitados
de cargo de capitan ny de ser rreçeuidos a nuestro sueldo, y que los que fue-
72 El emperador Carlos V escribió al gobernador Tovar desde Barcelona para informarle de
la firma de esta Tregua y pedirle que liberase a los franceses prisioneros en la Goleta, en
cumplimiento de los acuerdos establecidos. Vid. A.G.S., Guerra y Marina, leg. 16, doc.
52. “Cartas del emperador Carlos V a Francisco de Tovar”.
73 A.G.S., Guerra y Marina, leg. 16, doc. 218. “Carta del monarca Carlos V al corregidor
de la ciudad de Málaga” fechada en noviembre de 1538..
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 117-138. ISSN: 0482-5748