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LA VERTIENTE MILITAR DEL CARDENAL CISNEROS. UN FRAILE … 221
considerados como excepcionales, de tal manera que no supondrían ningún
coste para la Corona salvo que tuvieran que intervenir en algún conflicto63.
Este proyecto militar de Cisneros fue acogido de diferentes maneras,
dependiendo de las zonas del reino. Según Gómez de Castro las instrucciones
del cardenal respecto a esta nueva milicia fueron bien recibidas
en ciudades importantes de Andalucía como Sevilla, Córdoba, Jaén o en
poblaciones del centro de Castilla como Madrid o Toledo64. No obstante,
sí que hubo oposición a la Gente de Ordenanza en otras ciudades como
Ávila, León, Salamanca, Medina del Campo, Zamora o Arévalo, en donde
en algunos casos se contaba con tantos caballeros y escuderos que apenas
había candidatos para incorporarse a esta nueva milicia. Además, eximir de
tributar a los soldados de ordenanza significaba aumentar los impuestos, lo
que generaba cierto malestar a los demás contribuyentes. Por otra parte, en
estas ciudades se consideraba como un gasto innecesario el hecho de que el
pago de las armas procediera del erario municipal65.
Los problemas más graves que tuvo que afrontar Cisneros sobre este
asunto surgieron por parte de la aristocracia de la ciudad de Valladolid que
manifestó un gran rechazo a la “intromisión” de la Gente de Ordenanza.
Uno de sus principales alborotadores fue el Almirante de Castilla, Fadrique
Enríquez de Velasco. El importante aristócrata, que gozaba de una buena
posición entre los nobles castellanos, consideraba las milicias del cardenal
como una seria amenaza que podía debilitar su poder, por lo que no dudó en
lanzar falsos bulos a la ciudadanía vallisoletana contra Cisneros y la Gente
de Ordenanza lo que provocó graves alteraciones en la capital. Precisamente,
dada la relevancia de estos sucesos, el secretario de Cisneros, Jorge de
Baracaldo, envió una carta al rey Carlos a través de López de Ayala, en la
que se hacía referencia a estos altercados, manifestando que no se podía permitir
que triunfasen las revueltas de Valladolid pues otras ciudades del reino
podrían hacer lo mismo66. Finalmente, se consiguió mitigar la insurgencia,
si bien, el problema no llegó a solucionarse hasta la definitiva disolución de
estas milicias tras la muerte del franciscano.
En cualquier caso, debemos afirmar que la Gente de Ordenanza fue
más que un proyecto, ya que realizó acciones que resultaron muy efecti-
63 JIMÉNEZ DE CISNEROS, Francisco: op. cit., pág. 59. Madrid, 22 de septiembre de
1516, «Carta de Cisneros a López de Ayala».
64 GÓMEZ DE CASTRO, Alvar: op, cit., pág. 406.
65 PÉREZ, Joseph: Cisneros, el cardenal de España. Barcelona, Taurus, 2014, pág. 112.
66 JIMÉNEZ DE CISNEROS, Francisco: op. cit., pág. 187. Madrid, 12 de diciembre de
1516, «Carta de Cisneros a López de Ayala».
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 221-232. ISSN: 0482-5748