PRIMEROS AÑOS DE FRANCISCO DE TOVAR COMO ALCAIDE Y … 127
con el resto de los compromisos contraídos el año anterior de 1538 y solo
faltaba por recibir “cerca de dos mil ducados”. Pero insistía en que solamente
atendía las órdenes reales.
Tovar señalaba que el principal escollo del presidio estribaba en la
dificultad de aprovisionarse en la zona tunecina, dada la actitud del emir
ḥafsī, a quien acusaba incluso de que “quanto mas vee que creçe la neçessidad,
tanto menos prouee en cosa ninguna de lo que es obligado”107. Y refiere
como ejemplo el acuerdo de suministrar piedra y cal a la fortaleza, que solía
cumplir uno o dos meses con regularidad, suspendiendo luego los envíos,
con lo que evidenciaba la “poca gana de que se haga esta fortaleza”108. En
consecuencia, los esfuerzos de Tovar se centraron en localizar nuevas fuentes
de abastecimiento de estos materiales, convencido como estaba que, de
haberlos tenido en número suficiente, las obras habrían ya concluido. Y, gracias
a la información que le facilitaron ciertos espías, supo que, próximo a la
Goleta, navegando hacia Levante, existía un lugar con abundancia de tales
productos, cuya situación sin embargo no concreta. Pero fue a reconocerlo
en un bergantín y observó que había “vn castillo que esta junto a la marina,
en el passo por donde passan los alarabes muchas vezes”109. Aseguraba que
podría mantenerse con 50 soldados y, en caso de ataque enemigo, podría ser
abandonado en hora y media, acogiendo su guarnición en la Goleta. El control
de esta posición no solo era conveniente por hallarse allí piedra con la
que hacer cal sino también porque era un lugar de tránsito para los suministros
que recibía la ciudad de Túnez, que eran allí más baratos. El problema
era que Mulay Ḥasān quisiera entregarlo a los españoles. Ahora bien, Carlos
V se permitía indicar la forma de plantearle esta cuestión. En su opinión,
podría decírsele que serviría para garantizar la venida de la flota en invierno,
teniendo otro punto de recalado en el litoral tunecino. Tovar incluso había
modificado su parecer y pensaba ahora que sería oportuno ayudar al emir a
recuperar los territorios que habían dado lugar a las capitulaciones de 1538
pues, de hacerlo así, carecería de sentido la justificación de no poder hacer
frente al pago de las parias por el crédito perdido tras el desastre de Susa. Y
serviría, al propio tiempo, para obtener, con la cesión de este castillo, algún
beneficio detrayendo “de las parias lo que vale”110. Para ello se abstuvo en
alguna ocasión de conceder autorización a los mercaderes para que comerciasen
en Túnez, conocedor de la importancia que tenía el tráfico mercantil
107 A.G.S., Guerra y Marina, leg. 15, doc. 34. “Carta de Francisco de Tovar al emperador
Carlos V” de fecha 9 de junio de 1539.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 127-138. ISSN: 0482-5748
108 Ibidem.
109 Ibidem.
110 Ibidem.