LA ARTILLERÍA JURAMENTADA EN LOS SITIOS BRITÁNICOS … 165
de la mitad de sus efectivos67. El teniente coronel Samuel Rice, que tuvo que
ponerse al frente tras resultar herido el coronel Mainwaring que los mandaba,
dejó escrito en su diario que:
Fuimos cruelmente hostigados día y noche, haciendo un blanco fácil
al descubierto sobre la campiña y expuestos al Sol abrasador de junio.
Nuestro regimiento sufrió lo indecible en los dos intentos fallidos de asaltar
el fuerte de San Cristóbal, con más de trescientos hombres muertos
o heridos, entre ellos varios oficiales. Yo escapé milagrosamente del más
incesante fuego que he recibido en mi vida. Hoy escribo desde el suelo
desnudo que ha sido mi morada durante el último mes, presto a sustituir
al coronel Mainwaring y comandar el regimiento, reducido a menos de
trescientos hombres. ¡Pagamos un excesivo precio por preservar el honor
y la gloria de nuestras armas!68.
Un parlamentario se acercó a las diez de la mañana del día siguiente
hasta las inmediaciones del hornabeque de la cabeza de puente. Traía una
carta del teniente general William Stewart dirigida al gobernador Armand
Philippon, solicitando el cese de las hostilidades para poder recoger las decenas
de muertos y heridos que cubrían las laderas de Santa Engracia69.
Como los franceses accedieron a ello, después de llevarse a sus camaradas
caídos, los británicos comenzaron a levantar el cerco. Entre el 12 y el 13 de
junio desmontaron las baterías artilleras y las piezas fueron conducidas de
nuevo a Elvas, escoltadas por los restos de la VII División. El mayor Alexander
Dickson asumió en su diario la parte del fracaso que le correspondía,
asegurando que “había sacado todo lo que podía esperarse del cuerpo de
artillería”, teniendo en cuenta la escasez de medios con los que contaba y
el acierto en los tiros de la guarnición, que en ningún momento le permitió
acercar las baterías destinadas a abrir brecha en el muro del castillo70.
La labor en la dirección de la artillería de la plaza fue reconocida por
el enemigo, pero también por el mariscal Soult, que finalmente entró en
Badajoz junto al mariscal Marmont el miércoles 20 de junio de 1811, precedido
de un escuadrón de dragones. La guarnición, que le esperaba formada
67 Liddell Hart, Basil Henry: op.cit., pág. 65.
68 Mockler-Ferryman, Augustus: The life of a Regimental officer during the Great War,
1793-1815. Blackwood and sons. Edimburgo, 1913, pp. 160-161. El coronel Mainwaring
regresó inválido a Gran Bretaña, donde fue nombrado comandante de la guarnición
de Hilsea, cerca de Portsmouth, alcanzó el grado de teniente general en 1837 y
murió cinco años más tarde.
69 Lamare, Jean-Baptiste Hippolyte: op.cit., pp. 198-199.
70 Duncan, Francis: op.cit., pp. 304 y 305.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 165-170. ISSN: 0482-5748