60 MARGARITA CIFUENTES CUENCAS
La lavandera. Jean Henri Marlet y Charles Philibert de Lasteyrie,
París, Museo del Ejército
En los primeros tiempos, la cantinera solía ser la esposa del cantinero.
Este hombre era un comerciante de comestibles que seguía a los ejércitos, y
que con frecuencia terminaba por establecerse en las plazas principales de
los países conquistados, con autorización del comandante de la gendarmería.
Su mujer le ayudaba en sus actividades comerciales, pero también se encargaba,
mediante el pago de un dinero ajustado y previamente convenido,
de preparar la comida de los suboficiales9.
Las lavanderas tenían como misión el lavado de las camisas, calzoncillos,
pañuelos, medias y guantes de los soldados. Por lo general solía haber
una asignada al cuartel general del ejército o del cuerpo de ejército, pero
además había dos por cada batallón y una por cada escuadrón. Su presencia
era consignada y aprobada por el comandante de la gendarmería, y obligatoriamente
debían llevar consigo una placa identificativa con un número en
la que se indicaba su profesión10.
9 PIGEARD, Alain: L´Armée Napoléonienne. Organisation et vie quotidienne. Edit. Tallandier,
París, 2000, pág. 355.
10 Ibídem, pág. 356.
Revista de Historia Militar, 129 (2021), pp. 60-102. ISSN: 0482-5748